Una promulgación del Parlamento Europeo permite a los operadores de la red gestionar, privilegiar y tarifar tanto los servicios de tráfico como las velocidades de la red.
La nueva legislación sobre la gestión de la Red aprobada por la Unión Europea permite a los proveedores disponer de carriles rápidos y ofrecer productos de tasa cero, al tiempo que ha rechazado las enmiendas que protegían el concepto de “neutralidad de la red“.
Con la nueva normativa, además, los operadores de internet podrán crear carriles rápidos para “servicios especializados” y ofrecer sin restricción los llamados productos de “tasa cero”.
El tema de la velocidad
¿Qué queremos decir con carriles rápidos? Si algo ha puesto en evidencia la red 2.0 es que la velocidad de tráfico importa, como lo demuestra el informe que Netflix presenta sobre los países donde se brindan sus servicios y que ya constituye un referente mundial.
La nueva legislación europea permite gestionar la velocidad del tráfico según el tipo de datos enviados, entendiendo, por ejemplo, que las videollamadas tienen más importancia (¿la tienen?) que los emails.
Gracias a ello los operadores también podrán acelerar preferentemente el tráfico antes de que se incremente la demanda, como ha informado, según ha informado The Verge.
Esto significa que los proveedores de Internet podrán aumentar o disminuir la velocidad de tráfico en servicios concretos propios o de terceros, dependiendo de los acuerdos comerciales y/o institucionales a los que lleguen.
Volviendo a Netflix, o Google o Apple, estas empresas tendrían que pagar a los operadores para que sus servicios vayan por esos carriles de alta velocidad, lo que sin duda los situaría en una posición mejor respecto a su competencia.
O todos los del mismo sector tendrán una “vía” diferenciada con variaciones, tal vez, de horario.
¿Qué significa?
Queda por ver cómo la implementación de estos cambios afecta la prestación de servicios, en general, y el desarrollo de algunos servicios, en particular en lo que será un referente para el resto del mundo.
Cabe destacar que las enmiendas sugeridas para lograr una “neutralidad de la red”, es decir, que abordaban a Internet como un servicio público (¿derecho humano?), de tal forma que la gestión de su velocidad y tráfico no quedaran en manos de intereses particulares, no prosperaron y fueron rechazadas.
Tal vez por ahora. En todo caso, pareciera apuntar esta nueva legislación al reconocimiento de que la era de internet gratis llega a su fin, en un continente donde otros “medios” de información como la radio y la televisión tampoco son gratuitos.