Los cazadores de talentos van tras la calidad en formación de los profesionales venezolanos en áreas especificas como son las tecnologías de la información e las industrias de hidrocarburos.
Los reclutadores de talento en América Latina escudriñan Venezuela para hallar profesionales de bajo costo, en momentos en que la profunda crisis económica en el país ha dejado a muchos trabajadores calificados ganando menos que taxistas o camareros, según un trabajo publicado en el portal de Reuters.
Venezolanos altamente entrenados escapan de la crisis económica en la que a menudo tienen que buscar un segundo y tercer empleo, y pasar horas en filas para comprar productos básicos como leche o pañales. La crisis ha creado un mercado fértil para empresas regionales y globales de cazatalentos como Korn Ferry, Caldwell Partners y Stanton Chase.
En el portal se contó la historia del desarrollador de software de Apple Héctor Ghinaglia, de 24 años de edad, que ganaba 130 dólares al mes calculados a la tasa de cambio del mercado paralelo, hasta que fue reclutado a través de Linkedin. “Un día apareció un mensaje con una oferta laboral”, dijo Ghinaglia, a quien le ofrecieron 900 dólares mensuales, más el pasaje y una visa para trabajar en Colombia. El costo de la vida era más alto que en su país de origen, pero está contento con la decisión.
Entre los profesionales más buscados están los expertos en tecnología, con pocas oportunidades en el sector privado venezolano, y los ingenieros de petróleo y gas, reacios a trabajar para la estatal Pdvsa.
Andreína, de 35 años, ganaba 300 dólares al mes, a la tasa del mercado paralelo, como gerente de asuntos corporativos de una importante multinacional en Caracas. En Linkedin fue rápidamente contactada por una firma ecuatoriana y pasó a ganar 2.500 dólares mensuales, menos de la mitad de lo que pagan en ese mercado.
El control cambiario enclava el bolívar en una paridad de 6,30 por dólar, pero en gran parte de la economía manda la tasa del mercado paralelo que ahora está en 687 bolívares por dólar.