Internet es en extremo beneficioso para los países en vías de desarrollo, pero este beneficio debe ser planificado a través de políticas públicas que redunden en mejoras para las áreas de salud, educación, acceso a oportunidades laborales, comercio y gobierno electrónico y tomando en cuenta la cooperación entre los sectores público y privado.
Según José Otero, director de 4G Américas para América Latina y el Caribe, las tecnologías de banda ancha inalámbrica, como las denominadas 3G y 4G, son un complemento necesario a la conectividad fija o el internet, ya que permiten llevar el servicio a zonas donde los medios cableados no han podido hacerlo, ya sea por razones geográficas o económicas, como por ejemplo en áreas rurales o de difícil acceso.
-Así, tecnologías como HSPA+ y LTE pueden ofrecer conectividad a velocidades similares a las de la Internet fija, para que aquellas comunidades cuenten con prestaciones similares a las que pueden acceder las personas en las zonas urbanas. Además, incrementan la competencia, derivando en mejores prestaciones y tarifas en zonas suburbanas y rurales donde pocos o sólo un operador fijo está presente
La ponencia de Otero, dada a conocer en el el seminario “CMR15: Retos y Oportunidades para la Región, organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en coordinación con la Superintendencia General de Electricidad y Telecommunicaciones (SIGET), añade que para que la oferta de servicios móviles o internet de alta velocidad sea posible, los gobiernos deben disponibilizar el espectro radioeléctrico necesario para la implementación de estas redes, y eliminar las trabas burocráticas que enfrentan los operadores al momento de construir su infraestructura de servicios.
“Cuando se habla del despliegue de tecnologías inalámbricas o internet, existe la creencia general que con simplemente asignar más espectro radioeléctrico es suficiente. Adjudicar espectro es un primer paso necesario que debe ir acompañado con garantías de poder desplegar de forma rápida la infraestructura necesaria para proveer servicio. También se deben tomar medidas que ayuden al incremento en la variedad de dispositivos a bajo costo de la nueva tecnología que permita su rápida adopción”.
El incremento de LTE
El directivo señaló que se deben asignar internet y frecuencias para la creación de redes LTE, la denominada 4G, en los países de la región, donde esta tecnología aún no ha sido implementada. “En América Latina, el despliegue de LTE está entrando este año en una fase de crecimiento acelerado: entre el primer trimestre de 2014 e igual período de 2015, las suscripciones a LTE se incrementaron en un 396 por ciento, de acuerdo con cifras de la consultora Ovum. Para 2019 se espera que esta tecnología alcance los 196 millones de líneas en Latinoamérica”, expresó Otero.
Para que esta tecnología pueda ser implementada, es necesario que el Estado asigne las frecuencias de espectro necesarias para el despliegue de esta infraestructura. Con solo 208 MHz de espectro asignado para servicios móviles en bandas bajas, El Salvador se ubica como el mercado que menor cantidad de este recurso ha liberado para su utilización entre todos los países de Centroamérica, y entre los últimos lugares en toda la región. En contrapartida, Nicaragua con 420 Mhz de espectro asignado a los operadores móviles se posiciona como uno de los mercados que más espectro ha disponibilizado en América Latina.
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