La Oficina de Washington para América Latina, WOLA, está trabajando, junto a senadores del Congreso en un proyecto de Ley que crearía oportunidades en Cuba en los sectores de la Internet y las telecomunicaciones.
Inside Telecom | Por: William Peña
El esfuerzo del Gobierno venezolano de impulsar las comunicaciones en Cuba, incluido el cable submarino que le costó a la nación unos 72 millones de dólares y con el que el fallecido presidente Hugo Chávez intentó ayudar a la Isla en superar el bloqueo comunicacional impuesto por Estados Unidos desde hacía décadas, realmente ha servido poco y será finalmente el Imperio norteamericano el que abrirá los canales para que los cubanos logren, no sólo comunicarse, sino conectarse a Internet más allá de los hoteles y las zonas privilegiadas en poco tiempo, entre otras cosas.
La reapertura de las embajadas 54 años después de la decisión de romper relaciones, no sólo está abriendo un camino político, social, económico y de progreso para la Isla, sino que además, está abriendo el camino para que los servicios de telecomunicaciones y el acceso a éstos de miles de ciudadanos, realmente graves en un país sin mayores aspiraciones en ese sentido hasta ahora, puedan convertirse en una realidad. Y es que desde ya, la Oficina de Washington para América Latina, WOLA, está trabajando, junto a senadores del Congreso en un proyecto de Ley que crearía oportunidades en Cuba en los sectores de la Internet y las telecomunicaciones.
Así, la Ley de Desarrollo Digital y de Telecomunicaciones para Cuba, que fue redactada por el legislador republicano Kevin Cramer y el demócrata Peter Welch, con el fin de ayudar a los cubanos a comunicarse entre ellos y con el mundo, está comenzando a generar entusiasmo y, según Wola, la organización que promueve los derechos humanos en las Américas, «el proyecto podría acelerar el proceso de normalización entre Estados Unidos y Cuba, porque ayudaría a las personas y a las empresas en Cuba que necesitan un mayor acceso al mundo digital.»
De esta forma, la Isla terminará finalmente avanzando, pero gracias al poder del imperio norteamericano. Y es que desde el primer día del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba, líderes de ambos partidos del Congreso promueven una medida para ampliar el acceso a internet en la isla. Además de ayudar a individuos y negocios a tener más acceso a internet –ampliando su conexión con el mundo-, los legisladores esperan que el «Acta para el Avance Digital y de Telecomunicaciones en Cuba» («Cuba DATA Act) permita a las empresas estadounidenses aumentar sus negocios con el emergente sector privado en la isla.
Según Cramer, con esta medida, «las compañías de telecomunicaciones tendrían una mayor oportunidad de mejorar la infraestructura en Cuba, mientras que los agricultores y emprendedores podrían aumentar sus negocios en la isla con métodos de comunicación modernos». La legislación, que elimina políticas que hasta ahora han restringido las inversiones en Cuba, es similar a una medida bipartidista previamente presentada en el Senado. El consenso de los partidarios de la medida es que el mayor acceso a internet en Cuba podría ayudar a revertir más de medio siglo de aislamiento económico y diplomático de la isla. Como es ampliamente conocido, Cuba es uno de los países con menos acceso a internet en el mundo.
Sus propias estadísticas señalan que, en 2011, sólo cerca del 25% de los cubanos tenían acceso a internet, pero la cifra podría ser menor si se toma en cuenta que muchos solo pueden acceder a la autopista de la información a través de una red controlada por el Gobierno. En la actualidad, solo 5% de los cubanos tiene acceso abierto al internet, que es prácticamente inexistente en los hogares. Los que sí tienen acceso en sus lugares de empleo figuran en un reducido grupo de funcionarios públicos y profesionales, como académicos, doctores, o ingenieros, pero ese acceso también es limitado. La otra opción para los cubanos es conectarse al internet en los cibercafés –controlados por el Gobierno-, pero éstos hasta ahora han sido un verdadero lujo para la mayoría de los cubanos, en un país donde el salario mensual promedio es de apenas $20.
Además del alto precio de los servicios de internet, la desconexión también se debe al escaso acceso a las computadoras. En un país de 11 millones de personas, en 2011 sólo había 783 mil computadoras, según Freedom House. Pero la compañía de telecomunicaciones estatal ETECSA anunció recientemente que abrirá 35 espacios de acceso «WiFi» en todo el país, y reducirá por la mitad el precio de conexión a internet de $4 a $2 por hora. Debido a las limitaciones de infraestructura, sin embargo, cada sitio nuevo solo tendrá espacio para entre 50 y 100 usuarios, con velocidades de descarga de apenas un megabit por segundo (mbps). Geoff Thale, director de programas de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), señaló que el ampliar los servicios de internet y telecomunicaciones en Cuba ayudará a sus ciudadanos a aumentar su acceso a la información y a más oportunidades económicas. «El acceso a internet se ha convertido en un pilar de la economía global y este proyecto de ley aporta nuevas posibilidades tanto para el comercio como para el acercamiento entre ambos pueblos».
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