4.- ¿Qué diferencia hace esto en la práctica?
Un contenedor puede tener sólo unas decenas de megabytes de tamaño, mientras que una máquina virtual – con su propio sistema operativo completo – suele tener varios gigabytes. Por ello, cualquier servidor podrá albergar muchos más contenedores que máquinas virtuales. Las máquinas virtuales pueden tardar varios minutos en arrancar sus sistemas operativos y empezar a ejecutar las aplicaciones que anfitrión, los contenedores de aplicaciones pueden comenzar casi al instante.
5.- Los contenedores comparten un SO. ¿Qué tan seguro es esto?
Veamos: el consenso es que los contenedores no son tan seguros como las máquinas virtuales. La razón de esto es que, si hay una vulnerabilidad un programa, esta podría extenderse a los demás contenedores que comparten el servidor.
Por supuesto, hay software que toman medidas para palear esto que, por cierto, también puede pasar con un hipervisor. En resumen, los contenedores no pueden generalmente ofrecer el mismo nivel de aislamiento como la virtualización de hardware.
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