Muchos países de América Latina están experimentando una ola de ataques contra sucursales bancarias y cajeros automáticos. Los casos se repiten en cualquier nación latinoamericana y pareciera no encontrarse una solución ante dicho mal.
CIO América Latina/Mario A. Beroes R.
Según la subsecretaría de Prevención del Delito en Chile, entre los meses de enero y febrero de este año ocurrieron 36 ataques a cajeros automáticos. En algunos estados de Brasil se han producido hasta 90 ataques a cajeros automáticos y sucursales bancarias en los cinco primeros meses del año. En abril, la policía paraguaya arrestó al experto en explosivos de una banda dedicada a cajeros automáticos, y dos días más tarde, la policía peruana arrestó en Lima a dos hombres que robaban cajeros automáticos. Las entidades financieras en Colombia, México y Venezuela a diario reciben quejas sobre el tema Los casos no se detienen ahí y ese es el problema.
Marcelo Ponte, gerente de Mercadeo de Axis Communications, muestra su preocupación por el tema al señalar que en general, el escenario muestra que los criminales se están organizando cada vez más para practicar sus actos. Cifras en mano, afirma que a nivel mundial, los números relacionados con este tipo de delitos también crecen: “en los primeros nueve meses de 2014 en Chile, se registraron 433 casos, mientras que en el mismo período del 2013 hubo 321 casos, lo que es un incremento del 34,9%.
“Por otra parte, estos delitos representan aproximadamente el 80% de los ataques, lo que demuestra que los cajeros automáticos se han convertido en el primer objetivo de los ladrones”.
Aunque reconoce avances, como la encuesta realizada en 2014 por ATMIA, una asociación mundial vinculada al sector ATM, donde se afirma que los responsables de la seguridad de los bancos están conscientes de la importancia de las soluciones tecnológicas para hacer frente a este problema, como la videovigilancia IP o digital, falta un buen trecho por recorrer en su opinión.
“Cualquier investigación depende de la evidencia disponible para identificar criminales, que son cada vez más audaces. Con las cámaras se puede hacer un análisis del comportamiento de los delincuentes, ya que siempre hay gestos más exagerados y que son típicos en este tipo de delito. Y los softwares de análisis son muy específicos para detectar este tipo de movimientos, ofreciendo así la posibilidad de tomar decisiones inmediatas ante un acto criminal en potencia o para reportar algún caso sospechoso”.
Añade que cuando los ataques son hechos con gases explosivos u otra herramienta, la videovigilancia IP puede ser muy útil para el banco para hacerlo más moderno, y requiere un menor costo de mantenimiento en comparación con las antiguas cámaras analógicas.
“En todos los casos, la precaución se puede conseguir de dos maneras: con cámaras instaladas en las áreas externas de los cajeros automáticos con el fin de evitar que los criminales puedan tomar ciertas acciones, pero sobre todo con cámaras que puedan ser utilizadas dentro del cajero, para hacer análisis de escenas sospechosas, como las personas que han visitado el mismo lugar más de una vez, días antes del atraco”.
“Hay que tomar en cuenta el uso o adopción de las cámaras IP resistentes al vandalismo, con resolución Full HD y funciones inteligentes de reconocimiento facial de los clientes, identificación de comportamientos sospechosos frente a los cajeros automáticos y la integración de los detectores de humo representan el futuro de un sector que sigue utilizando hoy las viejas cámaras analógicas de baja resolución y sin funciones inteligentes. La calidad de las imágenes puede ayudar en las investigaciones policiales y de identificación a los criminales con mayor detalle”.