Kroll México, líder mundial en investigaciones corporativas, mitigación y control de riesgos, dio a conocer los resultados del estudio 2014 de “benchmarking” en anti-corrupción y anti-soborno, con relación a los niveles que ocupa México en estos temas en el mundo.
El estudio revela que el 70 % de los encuestados globales consideran que la capacitación de sus empleados en reglas de anticorrupción y anti-soborno es “eficaz” o “muy eficaz”, más que cualquier otra medida.
De igual manera, el informe revela que la segunda medida más eficiente es la investigación de antecedentes de terceros antes de establecer una relación de negocios con un 56.6 %. Además establece que el 50 % de las empresas encuestadas anticiparon que el riesgo de corrupción iba a incrementarse en los próximos 2 a 3 años.
“En la práctica esto significa tener que hacer una labor que permita entender quiénes son los empleados, quiénes son los terceros que participan en la cadena de producción, y eso solo se puede lograr a través de revisiones al momento de contratarlos y mediante una serie de revisiones periódicas después de determinado tiempo, lo que permite minimizar riesgos. El solo hecho de hacer estas revisiones te va dando mayor certeza de quiénes son las personas con las que trabajas o te relacionas”, señaló Brian Weihs, director de Kroll México.
Por lo tanto, las políticas que las compañías mexicanas deben considerar seriamente es saber con quiénes se está trabajando de manera conjunta, para lograr objetivos de negocios. Esto sirve para minimizar los riesgos de fraude, así como tener mucha claridad a quiénes contratan las compañías, con quiénes hacen negocios y quiénes son sus proveedores.
Además de establecer políticas de prevención y detección de la corrupción dentro de la empresa tales como la capacitación mediante cursos y el establecimiento de reglas anti-corrupción y anti-soborno que sean claras en procesos como ventas o adquisiciones.
Fortalecer la ética de los empleados mediante prácticas como el establecimiento de un código de ética, así como la detección oportuna mediante el uso de canales de denuncia en casos de corrupción al interior, permiten reducir las cifras.
“El éxito de canales confidenciales de denuncia tales como el Internet, teléfono o correo electrónico requiere una demostración de que se toma en serio las denuncias y las sospechas, al investigarlas y proceder en caso de encontrar una conducta no ética, y de que los usuarios tengan la confianza de que no habrá consecuencias negativas para el denunciante”, aseguró el experto en fraudes corporativos.
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