En estas festividades decembrinas es casi inevitable sufrir variaciones de voltaje, ya sea por fallas en el suministro o por sobrecargas, y es que el consumo de energía se eleva exponencialmente por el inadecuado uso de sistemas de calefacción o por la indiscriminada colocación de series de luces para el alumbrado de fachadas y árboles navideños.
En lo que concierne a seguridad, los delincuentes están a la orden del día esperando dejarles “un recuerdito” o vaciarles la casa a quienes salen de viaje, mientras que a nivel informático la oferta de gadgets y tarjetas de regalo, así como la promoción de supuestas obras de caridad y las preferencias de los usuarios por realizar compras online, son un caldo de cultivo para la ciberdelincuencia; es decir, durante las festividades de fin de año aumentan las amenazas dirigidas a equipos de cómputo, dispositivos móviles, cuentas de correo electrónico y de redes sociales.
En cualquiera de estos entornos hay un común denominador: el inminente riesgo de perder la información que almacenamos en nuestros equipos, mismos que pueden ser robados, infiltrados o que simplemente pueden averiarse a causa de infecciones de malware o debido a la falta de protección ante sobrecargas y variaciones de voltaje.
Dicen que “el dinero va y viene”, y aunque las secuelas económicas por la pérdida de nuestras posesiones no es cosa que deba tomarse a la ligera, el verdadero impacto -para muchos- radica en el posible extravío o robo de su información, incluyendo números de tarjetas de crédito, teléfonos, fotografías, datos corporativos y hasta la ubicación de conocidos o familiares.
Con respecto a dispositivos móviles en particular, se espera también que los niveles de descarga de aplicaciones para smartphones y tabletas incentiven los ataques de malware, spam, phishing, SMiShing (phishing realizado a través de mensajes de texto), y qué decir del aumento en el uso de servicios VoIP y de video-llamadas, y es que en estos días los usuarios intensifican sus comunicaciones con familiares, amigos y hasta con compañeros de trabajo.
Así las cosas, debemos tener cuidado con la recepción de mensajes sospechosos y evitar a toda costa las comunicaciones con personas desconocidas ante el latente riesgo de que pretendan infectar nuestros equipos o apoderarse de archivos clave para extorsionarnos.