La elección de una solución de videovigilancia es fácil y hay cientos de opciones. Pero la elección de una solución eficaz de videovigilancia es diferente. La dificultad se debe a la búsqueda de la eficiencia, es decir, para satisfacer todas las necesidades y potencialidades del cliente, que muchas veces no conoce las tecnologías que están a su disposición o las implicaciones a largo plazo de sus elecciones. Bombardeado por informaciones de fuentes sesgadas, el cliente tiende a estar a merced de los intereses que lo rodean, o decide por precio. En ausencia de una consultoría, la inversión puede llegar a ser aplicada a una solución inadecuada o no ser óptima para el caso específico; entonces se termina descubriendo que la elección del mejor sistema no es una tarea sencilla.
Al contrario de lo que se piensa, nadie debe instalar cámaras con la mera intención de monitorear un espacio. Éstas deben ser instaladas para esclarecer episodios, optimizar procesos y facilitar la gestión, que es la verdadera demanda. Y, para identificar y hacer viable esa demanda, existe un consultor – un agente imparcial que indica las soluciones disponibles del mercado más afines con los intereses del cliente, para que la elección sea hecha con máxima libertad y, al mismo tiempo, delimitada por normas técnicas, legislación y aspectos de interés del cliente, como la adopción de un sistema escalable y resistente al futuro.
En algunos lugares, la importancia del consultor es más reconocida. De las 225 mayores empresas globales de consultoría para proyectos, 83 son americanas y 63 son europeas, según el estudio divulgado a fines de julio por el sitio especializado ENR. En 2013, esas 225 empresas facturaron apenas US$ 5 mil 687 millones en América Latina y Caribe. Sólo en Canadá, por ejemplo, fueron más de U$S 9 millones en el mismo período.
El mismo estudio indica que Chile y Perú se han mostrado como mercados prometedores, y no sólo debido a los sectores relacionados a recursos naturales. El principal desafío para aprovechar ese potencial es, sin dudas, la concientización. Sin un agente neutro que pueda acompañar el proyecto desde el entendimiento de las necesidades, pasando por el proyecto de la solución hasta la verificación de qué fue instalado, el cliente puede terminar siendo inducido a acreditar, por ejemplo, que cuantos más mega pixeles tengan las cámaras, mejor. O que una cámara PTZ con infrarrojo es una buena opción para monitoreo nocturno. Esas informaciones sin un correcto análisis pueden engañar hasta a los mismos gerentes de seguridad y TI mejores informados.
Para complicar esto aún más, algunos fabricantes anuncian características técnicas que no coinciden con las brindadas por sus productos. Cámaras idénticas en el papel frecuentemente presentan desempeños dispares. En esos casos, la experiencia del consultor, que realiza periódicamente testeos internos para comparar productos y pruebas para distintos clientes, es fundamental para evitar decepciones. Por haber acompañado o desarrollado muchos proyectos con diversas marcas, posee un conocimiento acumulado sobre otros aspectos importantes para el cliente, como el impacto de los equipos en el consumo de banda y energía y las necesidades de mantenimiento.
Las pérdidas para la empresa que compró el sistema pueden ser grandes. Pero cuando la decepción ocurre en proyectos para el Gobierno, como en ciudades que instalan cámaras para monitoreo urbano, el problema tiene otra dimensión. Cuando una licitación pública prevé, en su especificación técnica, la participación de un consultor independiente, se puede contar con una opinión libre, basada en criterios técnicos que, combinados con la búsqueda del menor costo, resultarán en la elección más adecuada para la población. Para los gestores públicos, es un respaldo con profundo conocimiento técnico. Para los contribuyentes, un certificado de idoneidad.
En comparación con Estados Unidos y Alemania, por ejemplo, donde la participación de consultores ya es considerada indispensable para proyectos de videovigilancia de media y alta complejidad, toda América del Sur aún representa un fuerte potencial de crecimiento para ese mercado. Sumando América del Norte y Central, Axis Communications posee mil 261 consultores participando de su programa de Arquitectura e Ingeniería (A&E). En toda América del Sur, son 69 consultores. Mientras tanto, en el mercado, los clientes se encuentran con cámaras que parecen idénticas, tanto en lo visual como en su descripción técnica. En la duda, y sobre todo en la certeza, se debe recurrir a un consultor.
Andrei Junqueira, Gerente de Desarrollo de Negocios de Axis Communications para América del Sur.