Para Tomer Sharon, investigador de experiencia de usuario de Google, los errores más comunes que cometen los desarrolladores son los responsables de que una aplicación no funcione.
El primero de estos, que enumera el ejecutivo, es que los desarrolladores no se preguntan: “¿Mi app va a resolver algún problema real de las personas?”.
El segundo es cuando siguen a sus amigos, ya que para Sharon el núcleo de amigos, por más sincero que sea, siempre pretenderá que le gusta todo lo que haces.
Tercer problema, y que superpone una gran paradoja, es cuando se decide a escuchar a los usuarios. “Se que va a sonar un poco extraño viniendo de un investigador de experiencia de usuario, pero la primera regla de una investigación es no escuchar los usuarios. En su lugar hay que observar su comportamiento”, especifica.
Cuarto problema: No se permiten locuras. Sharon destaca que siempre hay que probar la hipótesis más alocada porque es la que puede garantizar que el producto sí funcione.
Existe una tendencia en la industria de las aplicaciones que implica lanzar una versión muy básica, y según lo que vaya pasando, los desarrolladores codifican y ajustan la app. Para el investigador este es el quinto problema.