Jan Koum (37) y Brian Acton (44), exempleados de Yahoo y cradores de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, cerraron la aquisición por US$19.000 millones por parte de Facebook, empresa que en 2009 se negó a darles un empleo y que hoy los catapulta a la lista de millonarios de la llamada nueva economía.
Y lo lograron gracias a una aplicación usada por 450 millones de personas en el mundo, en un momento en que la red social compite fieramente por hacerse con todas las aplicaciones que más usamos, para comunicarnos por internet, desde nuestros dispositivos móviles.
De Ucrania a Silicon Valley
En 1992, un Koum adolescente y su madre se instalaban en Califonia, Estados Unidos, después de haber abandonado Ucrania. Koum y su familia sobrevivían gracias a las ayudas del estado y residían en un apartamento de dos habitaciones en la población de Mountain View, en pleno Silicon Valley.
Nunca fue un estudiante modelo, pero le apasionaba la informática, y sus primeros pasos en esta dirección dicen que los dio comprando en librerías manuales, que leía y devolvía poco después. Según el inversor Jim Goetz, la infancia de Koum tuvo mucho que ver con el nacimiento de Whatsapp. El servicio, que da mucha importancia a la privacidad de los mensajes, estuvo influido, según él, por “el auge de un país comunista con una policía secreta, La infancia de Jan, le hizo apreciar la comunicación no pinchada”, escribió en Goetz en su blog.
Facebook no los quiso
Al igual que Mark Zuckerberg y Bill Gates, Koum no finalizó sus estudios universitarios. Los dejó para volcarse en su empleo como ingeniero de infrastructuras en Yahoo donde trabajó nueve años, tiempo en el que estrechó lazos con el también ingeniero informático Brian Acton.
Ambos han descrito su experiencia en Yahoo con cierta frustración. Hasta que en 2007 dejaron sus empleos para emprender un viaje de un año por Sudamérica. Al regresar, Acton solicitó sin éxito un empleo en Facebook. “Facebook me rechazó…esperando la próxima aventura”, se quejó entonces a través de la red social Twitter. Y esa aventura fue WhatsApp.
Una idea
El plan era crear una aplicación que fuera capaz de anunciar el estado de todos los contactos de teléfono del usuario, tipo “estoy en el gimnasio” o “sin batería”. Pero la idea evolucionó hasta convertirse en un sistema de envío de mensajes gratuitos entre números de teléfono de cualquier país.
Koum y Acton se negaron siempre a invertir un sólo céntimo en publicidad, y aún así en 2011 su creación ya era una de las 20 aplicaciones más compradas en la tienda de apps de Apple en Estados Unidos.
Grandes inversores cortejaban a la niña bonita entre las aplicaciones móviles, y el pretendiente ganador, con una oferta de US$8 millones en inversión, fue Sequoia Capital.
Así es como inició su carrera en ascenso y en 2013 ya contaban con 200 millones de usuarios y 50 empleados. Poco después Mark Zuckerberg llamaba a su puerta.
Con la venta de Whatsapp por US$19.000 millones, la pareja de amigos supera a otros jóvenes emprendedores convertidos en millonarios com Janus Friis (38), fundador de Skype, quien vendió Skype a Microsoft por US$6.000 millones, o Kevin Systrom (31) y Mike Krieger (28) que recibieron US$1.000 de Facebook por Instagram.