Un nuevo estudio de IDC ha encontrado que está en aumento la programación realizada por programadores no profesionales.
De los 18,5 millones de desarrolladores de software en todo el mundo, unos 7,5 millones -aproximadamente el 40%- son desarrolladores aficionados que, de acuerdo a IDC, son aquellas personas que escriben códigos a pesar de que esa no es su ocupación primaria.
“Si bien IDC no había realizado anteriormente pronósticos sobre los desarrolladores aficionados, este grupo ha mostrado en los últimos años un ritmo de crecimiento más rápido que la población de desarrolladores de software profesionales, y crecerá a un ritmo más rápido en el futuro”, afirmó Al Hilwa, director del programa de IDC de investigación para el desarrollo de softwares.
El auge o boom de los programadores aficionados debería alentar a los que abogan por la alfabetización informática, quienes han estado defendiendo la idea de que más personas deberían aprender a escribir códigos para entender mejor la forma en que se basan las computadoras.
Un desarrollador aficionado es, según la definición de IDC, alguien que pasa diez horas o más al mes, escribiendo programas para computadoras o dispositivos móviles, a pesar de que su sueldo principal no viene del desarrollo de software. Ellos programan por alguna de un número de razones.
Pueden estar escribiendo los programas por diversión o pueden estar tratando de ganar un dinero extra -o incluso hacerse ricos- desarrollando alguna aplicación para las apps stores. O pueden estar desarrollando programas que apoyen diferentes causas, o que contribuyan a un proyecto de código abierto. Los estudiantes también son parte de esta categoría de aficionados.
O también pueden desarrollar códigos para el trabajo: piense en el administrador del sistema escribiendo secuencias de comandos que automatizan los procesos rutinarios; o el gerente, quien construye una simple aplicación de reportes usando Microsoft Access o una plataforma de inteligencia de negocio.
IDC recomienda que las compañías de TI y otras organizaciones que conducen sus negocios principalmente por Internet, deberían tomar en cuenta a esta creciente ola de programadores.
De acuerdo a IDC, Los programadores aficionados pueden estar más al tanto de las nuevas innovaciones tecnológicas, y pueden también ser una gran fuente de talento cuando el mercado para programadores profesionales crezca en termino competitivos.
De hecho, los países con sectores de tecnología muy fuertes tienen, normalmente, concentraciones más altas de desarrolladores profesionales en relación a los desarrolladores aficionados, porque muchos de los aficionados son jalados para que trabajen en la industria, señala Hilwa. Aquellos países con sectores de tecnología mucho más débiles, tienden a tener un número mucho mayor de programadores aficionados, lo cual puede ser problemático para elos, ya que éstos se pueden convertir en hackers y realizar actividades ilegales (como escribir malware), o dejar el país por oportunidades de trabajo.
Ciertamente, es un buen momento para ser un programador aficionado. Los estándares Open Web y los programas de fuente abierta pueden reducir el costo del desarrollo a cero. La Internet alberga una gran cantidad de documentación y tutoriales completamente gratuitos.
Asimismo, un número cada vez mayor de programas y servicios de software pueden ser ampliados o extendidos a través de módulos o complementos personalizados por el usuario, aliviando la necesidad, para los programadores capacitados, de crear una nueva funcionalidad. “El cambio del desarrollo de la aplicación centrada en el código por la centrada en la configuración, permite que algunos trabajadores del conocimiento y analistas de negocio logren lo que antes requería desarrolladores profesionales”, señala el reporte.
En general, IDC estima que hay unas 29 millones de personas en el mundo que trabajan en TI. Además de los 18,5 millones de desarrolladores de software -tanto profesionales como aficionados- hay también unos 18 millones de trabajadores en operaciones y gestión. IDC prevé que los puestos de trabajos para programadores crecerían más rápido que aquellos para operaciones y gestión.
“La creciente omnipresencia del software y su incorporación en muchos de los nuevos dispositivos conectados, también conocida como la Internet de las cosas (IoT), estimulará la necesidad y la consiguiente disponibilidad de desarrolladores de software en todo el mundo”, finalizó Hilwa.
Joab Jackson, IDG News Service