Si tuvieramos más filosofía, ya no tanto como conocimiento, sino como ejercicio práctico, al menos dialéctico, la situación de conflictos (políticos, económicos, limítrofes y sociales) serían menos en demostración de ignorancia, soberbia y, por el contrario, una excelente oportunidad de activar cambios, generar mejores oportunidades y desarrollar la vía de la sabia negociación.
En Chile, lastimosamente, los conflictos los tenemos por varios frentes e, insisto, eso nos merma competividad, seguridad, cohesión y, especialmente, unidad en su cotexto nacional y regional Latinoamericano. Seamos claros, la política no es mala, son las formas de hacer política las que agotan el valor de hacer política. Me refiero al mal gobierno y esto cada día más no sólo se aprecia a nivel de Estados como máxima jerarquía de organización social, sino a nivel de organizaciones multinacionales y empresariales.
Algunas veces los riesgos futuros de las organizaciones pasan por creer, en buena medida, que sus verdades establecidas son la base de un crecimiento futuro. El problema de estas organizaciones está arraigado más en las decisiones del pasado que en los eventos presentes o en la dinámica del mercado, por muy bueno que éste sea.Conocer y no ignorar la historia es en gran medida el crecimiento futuro de las organizaciones.
La alta dirección, en su prisa para crecer, a menudo pasa por alto las preguntas claves de su desarrollo. ¿Dónde ha estado nuestra organización? ¿Dónde está ahora? ¿Qué implicancias tienen las respuestas a estas preguntas en relación hacia dónde queremos llegar? Varias veces, la atención se centra en el exterior, hacia el entorno sectorial, económico y en el futuro, como si las proyecciones del mercado más precisas proporcionaran la nueva entidad (identidad) organizacional que se necesita configurar para seguir creciendo, o sea, seguir siendo.
Las empresas, no importando el tamaño, a menudo fallan al no entender que su éxito futuro depende de la situación interna y del estado de evolución de su desarrollo. Esto, sin tener en cuenta las oportunidades del mercado. El destacado Profesor Dr. Larry E. Greiner ha hecho estudios al respecto en varias organizaciones, destacando que el futuro de una empresa no es determinado por las fuerzas externas, sino más bien por su propia historia, es decir, se debe enfatizar en las fuerzas internas que ha desarrollado la organización en el pasado, ya que su comportamiento futuro será determinado por dichos eventos anteriores, por sus experiencias.
A medida que una compañía se desplaza a través del tiempo, en sus fases de desarrollo, cada período evolutivo (emprender) puede crear su propia revolución (spin-off). Por ejemplo, en empresas ya maduras, las prácticas centralizadas del pasado pueden llevar en el futuro a las demandas por una excesiva descentralización. Hablaremos mejor de desarrollo, cambio, evolución, emprender, re-emprender, estructura, estrategia, organización y otros asuntos más diversos como entender, por citar un caso, qué rol juega la negociación en todo esto, así como saber gestionar conflictos para crear valor. El cambio es lo habitual y, asumiendo el silogismo Heracliteano, nos podremos sumergir en dilemas o asuntos muy parecidos por resolver, pero, sin duda, en cuanto al pensamiento que lo capture o gestione, siempre el modo de atender será distinto, pues ahí yace la riqueza estratégica del cambio y la oportunidad de crecer.
Eduardo Loo, CEO Quantum Software América Latina