Muchas pequeñas y medianas empresas se están dando cuenta de la enorme cantidad de datos que acumulan y que utilizan en forma parcial, sin tener la capacidad de disponer de herramientas más sofisticadas para identificar oportunidades de negocios desde sus fuentes de información, en línea con sus estrategias de negocios.
Mejorar la productividad teniendo información oportuna para la toma de decisiones es clave. De hecho, sólo con administrar de manera más efectiva la información, es posible ser mucho más eficiente en el manejo del negocio, donde las energías del emprendedor o de la dirección estén en gestionar el modelo de negocios y no en generar la data para saber dónde están parados.
Una vez que se tiene la casa ordenada, se puede avanzar en identificar y gestionar de mejor manera la cartera de clientes; sus necesidades particulares y ajustar la oferta de valor, transformando la información en una real ventaja competitiva respecto de la competencia. Claramente, el desafío es adelantarse a las necesidades de los clientes más que responder de manera eficiente a sus requerimientos. Así, es factible también identificar oportunidades de negocios en las distintas industrias; detectar necesidades de mercado que no están siendo satisfechas; y ser un input para desarrollar nuevas ofertas de valor que se conecten con el foco estratégico de la empresa.
Eso, en definitiva, es la inteligencia de negocios. No obstante, es vital entender que ésta es una herramienta, un complemento; no un fin en sí misma. Las plataformas tecnológicas son sólo un apoyo a una estrategia de negocios. Por lo tanto, lo primero en que se debe ocupar una Pyme es en entender cuál es su negocio, sus objetivos y su oferta de valor para sus clientes. Una vez que eso está definido, se podrá evaluar cómo las herramientas de inteligencia de negocios son capaces de potenciar el modelo de negocios.
Hacer inteligencia de negocios en la Pyme es posible y no se necesitan grandes inversiones, el desafío es entender las potencialidades de las distintas herramientas de inteligencia de negocios y ver cuáles son las más apropiadas en función del ciclo de vida del negocio. No se puede comprar un Ferrari cuando aún no se sabe andar en bicicleta.
Por último, no hay que olvidar que potenciar el modelo de negocios con herramientas de inteligencia muchas veces implica cambiar la manera en que se hacen las cosas y esto trae consigo algo mucho más complejo que un cambio tecnológico: un cambio cultural. Para optimizar, entonces, los recursos de inteligencia de negocios, el líder de la Pyme debe ser capaz de transmitir a la organización la relevancia de los cambios, sino lo más probable es que quede como otra buena idea almacenada en un disco duro de un PC.
Por Juan Pablo Forno, director consultor de Formulisa