El segmento de smartphones de bajo coste, cuyo precio se sitúa por debajo de los 250 dólares, será uno de los que más crezca en los próximos años, impulsado por los terminales prepago y la demanda procedente de países emergentes. Tanto que ABI Research prevé que en 2018 acaparará el 46 por ciento del mercado.
En muchas partes del mundo, los smartphones representan la mayor parte de los terminales móviles vendidos, por encima ya de los teléfonos convencionales, un mercado que está segmentado en los niveles bajo, medio y alto, en función de su precio. De todos ellos, los smartphones de bajo costo, valorados en menos de 250 dólares, serán los que más crezcan, pasando de los 259 millones de unidades previstas para este año a alcanzar los 788 millones de 2018, según la consultora ABI Research. Por su parte, los smartphones de gama media y alta, valorados en hasta 400 dólares y a partir de esa cifra, también crecerán aunque en menor medida, pasando de 635 a 925 millones de dispositivos vendidos en ese mismo período.
“A medida que el segmento de teléfonos móviles convencionales sigue perdiendo relevancia, los smartphones de bajo costo se han convertido en el arma de los operadores para seguir aumentando sus ingresos por datos”, afirma el analista senior de ABI Research, Michael Morgan. El crecimiento de los smartphones en modalidad prepago y la demanda en países emergentes serán los principales factores que impulsarán el crecimiento de los smartphones de bajo coste, mientras que, en los países desarrollados, la subvención de terminales de bajo costo sirve para atraer a aquellos consumidores que aún no han dado salto a los smartphones, reduciendo al mínimo el impacto en los márgenes derivado de subvencionar terminales de alto coste.
En cuanto a los smartphones de gama media y alta, continuarán deseempeñando un rol importante para los operadores que buscan aumentar su base de clientes con los smartphones más avanzados. En este sentido, los smartphones premium tienden a llevar la conectividad inalámbrica más avanzada y los operadores que están actualizando sus redes quieren asegurarse de que los dispositivos que funcionan en su red pueden ofrecer la mejor experiencia posible a los clientes. “A medida que la penetración de los smartphones se mueve de los early adopters a segmentos de consumidores más masivos y rezagados, el smartphone como producto será menos dependiente de la superioridad técnica, y más dependiente de la fiabilidad y la relación calidad-precio”, añade el director del informe, Jeff Orr.