La cuestión de la subcontratación en el extranjero y su impacto sobre el empleo estadounidense ha estado en el candelero durante toda la campaña presidencial norteamericana. Pero a medida que se acerca la jornada electoral, tanto el presidente Barack Obama como el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney, están cantando más o menos la misma canción sobre el tema: la deslocalización es mala y atenta contra la creación de empleo en territorio patrio.
¿Pero cuál será el impacto real de las elecciones presidenciales en el offshoring y outsourcing en general? ¿Un gobierno de Romney podría establecer un tono realmente diferente sobre el tema si él asume el cargo? ¿O un segundo triunfo de Obama implicará nuevos impuestos sobre la deslocalización o el aumento de los requisitos de visado de trabajadores calificados?
Nuestros compañeros de ComputerWorld en EEUU han valorado los cuatro aspectos fundamentales en este debate (subcontratación en el extranjero, abastecimiento interno, visas para trabajadores calificados, y sector público y outsourcing) para ver en qué se diferencian, si lo hacen, los dos candidatos a dirigir Estados Unidos los próximos cuatro años.
1. Subcontratación en el extranjero
Obama ha hablado de poner fin a exenciones fiscales para las empresas que “envían empleos en el extranjero”, al igual que en su campaña de 2008. En concreto, busca revisar aquellas partes del código tributario que permiten a las empresas amortizar los gastos incurridos al trasladar las operaciones comerciales en el extranjero. Sin embargo, esta medida no afectaría a los proveedores TI que no prestan los servicios por si mismos, sino que subcontratan a un tercero en otros países, como IBM o Infosys.
Un discurso muy duro y amenazante, pero que la industria y los expertos norteamericanos no se toman en serio ya que estas propuestas han sido defendidas por los demócratas desde 2004, sin haber logrado imponer ninguna de ellas.
Por su parte, Mitt Romney también se muestra crítico con las empresas que deslocalizan sus fábricas y en este caso, sus centros de datos. Sin embargo, la retórica es mucho más suave y no habla de ninguna medida concreta.
2. Sector público y outsourcing
La externalización de servicios TI en el sector público aumentará previsiblemente habite quien habite en el 1600 de la Avenida Pensilvania. Y es que, los servicios compartidos y el outsourcing pueden ser parte de la solución a corto y largo plazo para reducir los costes de las funciones de backoffice, manteniendo servicios de primera línea, afirma Phil Searle, profesor investigador de estrategias de servicios compartidos para HFS.
“Una administración Romney puede ser más abierta acerca de esto, ya que es coherente con su mensaje de un gobierno más pequeño”, prosigue. “Por ello son más propensos a mirar la externalización como una forma de eliminar nóminas gubernamentales”.
3. Abastecimiento interno
“En base a la situación económica actual, la ecuación de valor se ha desplazado hacia un alentador abastecimiento doméstico de una manera muy natural”, dice Paul Pinto, socio director de consultoría de outsourcing Asesor Sylvan. “India está experimentando crecimientos de dos dígitos en los salarios, mientras EE.UU. está experimentando descensos de dos dígitos en los mismos indicadores, lo que significa que los consumidores de servicios ahora son capaces de obtener un grado similar de valor al elegir utilizar los proveedores nacionales que los extranjeros”. De hecho, algunos de los pioneros del outsourcing, como GE y GM, han anunciado recientemente planes para llevar miles de puestos de trabajo de vuelta a Estados Unidos.
“Si el presidente Obama es reelegido, prevemos que se mantengan los incentivos existentes para continuar fomentando el crecimiento en el abastecimiento interno, mientras que se sigue permitiendo la externalización”, afirma Pinto. Pero las más recientes posturas Romney a favor del comercio justo podrían indicar un deseo de fomentar abastecimiento doméstico de forma más drástica que la de Obama.
4. Visas y permisos para los trabajadores cualificados
Las visas para trabajadores calificados suele ser un tema caliente en todas las elecciones, en gran parte porque muchos críticos creen que resultará en una pérdida de empleos en Estados Unidos. Sin embargo, los programas de visas no merecieron ni una mención en los debates presidenciales. “Creo que no es casualidad que la H-1B (nombre de este programa de visas) no surgiera durante la campaña”, explica el Dr. Matloff, un destacado crítico del programa de visas. “Ambas partes son igualmente culpables”.
Romney se ha comprometido a “levantar las barreras de visas para trabajadores extranjeros altamente calificados” si es elegido, probablemente una referencia al límite anual de visas H-1B establecido en 65.000 para el año 2013. Este límite, sin embargo, es controlado por el Congreso, no por el presidente.
Por su parte, Obama ha dicho que quiere que sea más fácil para los estudiantes con grados superiores permanecer y trabajar en los EEUU. Y ambos candidatos parecen estar de acuerdo en que los profesionales extranjeros cualificados son esenciales para la innovación estadounidense.
“Una administración Romney y un Congreso Republicano tiene más probabilidades de aliviar las restricciones sobre las visas temporales de mano de obra calificada”, explican los expertos. “En los últimos años, el Congreso ha elevado algunas trabas de los visados H-1B, pero ha aumentado las inspecciones para evitar el fraude o mal uso, lo que ha dado lugar a retrasos en la tramitación de las solicitudes.
Stephanie Overby, CIO EE.UU.