El decondicionamiento dentro de una empresa no solo es un neologismo en el castellano no aceptado por la Real Academia de la Lengua Española, es también el mayor desafío de las organizaciones para crear un ambiente fértil para la Innovación.
El decondicionamiento es un proceso de rechazo y desaprendizaje deliberado de ciertas creencias y axiomas de una compañía que forma parte de la cultura propia de dicha empresa.
La literatura mediante la novela “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, nos aporta una visión muy apropiada que se adapta perfectamente al ambiente laboral de la mayoría de las empresas, que buscan asegurar una felicidad continua como forma de retener talento, para lo cual apelan manipular al grupo de trabajo, vulneran la libertad de elección y reducen a la mínima expresión el flujo comunicacional, paralelamente se inhiben por completo el ejercicio intelectual y la expresión emocional dentro del ámbito de trabajo.
Los modelos de innovación dentro de una empresa exitosa en este sentido exigen un decondicionamiento tanto social como cultural: todo trabajador forma su experiencia empresaria en un determinado contexto, en una realidad metodológica adquirida que ineludiblemente restringe la libertad personal, de modo que los empleados no poseen una verdadera capacidad de elección (salvo dentro del marco que su propia cultura empresaria les delimita).
La felicidad laboral creada artificialmente es sin duda una cascara que atenta contra el potencial de cada individuo y perjudica el nivel de innovación de una empresa.
Cuando un ejecutivo comprende que la innovación requiere premiar el fracaso para animar a todos a cruzar las fronteras de la innovación, ha roto con todos los preconceptos adquiridos y evoluciona como tal.
La tecnología exige y potencia una mirada casi obsesiva en este sentido, la velocidad con la que la base del conocimiento humano crece, crea nuevas oportunidades y genera un escenario de cambio continuo que cuestiona de forma constante el concepto de éxito.
Las empresas modernas son conscientes de esta realidad y de esta necesidad y en muchos casos optan por crear ámbitos diferenciales dentro de la organización para fomentar este tipo de contra culturas dentro de su compañía.
Quizás el ejemplo mas pragmático de esta nueva forma de desarrollarse pueda verse en Google, una empresa que en este sentido esta dando cátedra de como sobrevivir en la economía del conocimiento.
Silvina Moschini – CEO de Intuic