No cabe duda que las redes de alta velocidad serán un elemento imprescindible en el futuro. El crecimiento constante de la demanda por un mayor ancho de banda ha puesto en relieve la necesidad de una tecnología escalable y rentable en todo el mundo y para una variedad de aplicaciones.
En América Latina, se estima que la región está entre 5-8% por encima del promedio mundial de 30-31% de penetración de Internet. Países como Brasil (#5) y México (#12) están en el top 20 no sólo de penetración de Internet (ITU, Septiembre 2010), sino de poblaciones con acceso a Internet de banda ancha (InternetWorldStats, 2007). Sin embargo, estas grandes poblaciones están socavadas por una baja proporción de acceso comparadas con la población total, la cual está aunada a gran demanda y alto crecimiento.
Según cifras de ComScore, los países latinoamericanos han crecido sus poblaciones con acceso a Internet entre 19-36% por país, y todavía queda mucho camino por recorrer. En el 2007, se hablaba de alrededor de un 3.5% de penetración de banda ancha en Brasil y México (InternetWorldStats, 2007). Para el 2010 esta cifra se había convertido en 7% (Pyramid Research, Diciembre 2010) y se espera que para el 2015, se duplique otra vez y alcance el 12%. Esto representaría, según Analysis Mason, un crecimiento anual compuesto de 15.4% – el más alto del mundo. (Analysis Mason, Diciembre 2010). En resumen – grandes poblaciones, deseosas de acceder a nuevos y emocionantes servicios, creciendo rápidamente y preparándose para adoptar lo último en banda ancha.
Este crecimiento representa grandes retos y oportunidades para proveedores de Internet, empresas y para especialistas en redes. Aquí es donde entran redes de alta capacidad como las 100 G y Ethernet 100 G.
Es importante remarcar que la tecnología de transporte 100 G y Ethernet 100 G no son la misma cosa. 100 G significa transporte, proporcionado por equipos de transporte óptico, y ha sido diseñado para agilizar la transmisión de cualquier tipo de datos; mientras que Ethernet 100 G son datos encapsulados en formato Ethernet – normalmente suministrados desde y entre routers IP o equipos de conmutación Ethernet.
La prestigiosa consultora Heavy Reading espera que se genere gran interés en el transporte 100 G, con hincapié en los despliegues de pruebas de campo y en los transportes comerciales adicionales. Uno de los principales motivos para la adopción de la tecnología será la necesidad de conectar interfaces Ethernet 100 G en los routers core. Conforme el mercado para módulos 100 G madure, el transporte 100 G será la tecnología dominante para soportar estos servicios.
En general, estas redes de alta capacidad tienen múltiples beneficios que mejoran el rendimiento y el negocio de muchas empresas. También cuentan con ventajas muy significativas en campos como la investigación y la medicina. Las empresas y los investigadores ya obtienen los frutos de estas ventajas y cada vez más personas verán esos beneficios de forma palpable. Los ejemplos hablan por sí solos.
Ethernet 100 G significa negocio
Ethernet 100 G acelera las interconexiones entre servidores, switches y routers para distancias más cortas, agiliza las aplicaciones informáticas empresariales en múltiples emplazamientos, e incrementa la memoria y las velocidades de procesamiento multinúcleo en entornos de centros de datos. No es sorprendente que las interconexiones de centros de datos sean la principal aplicación que dirigirá este mercado, puesto que se necesita capacidad adicional para hacer frente a los requerimientos de ancho de banda masivos entre emplazamientos.
El primer despliegue comercial Ethernet 100 G de largo recorrido es ya una realidad. En los EEUU, Verizon ha desplegado la primera implementación de 100 G en su red troncal nacional, con planes de despliegues a lo largo de 10 rutas en 2011. Mientras tanto, en Europa, Verizon lo está desplegando sobre un enlace entre París y Frankfurt, proporcionando conectividad a empresas en estas importantes áreas de negocio y ayudando a establecer Ethernet 100 G como la conectividad empresarial a gran escala del mañana.
Para compañías en áreas que requieren gran ancho de banda, como la computación en la nube, el almacenamiento de datos y el suministro de contenidos –Facebook, Google, YouTube, y otros servicios de video bajo demanda, son los ejemplos más obvios – el potencial de Ethernet 100 G es evidente. Con el rápido crecimiento del consumo de datos, hay una enorme demanda para las redes de alta capacidad, escalables y rentables que faciliten nuevos modelos de negocio en áreas asociadas con los contenidos enriquecidos y el video. Así y todo, esta tecnología también va a ser crucial para los sectores más tradicionales, como las finanzas, la sanidad y la investigación.
Para la industria financiera, Ethernet ya es de indispensable valor. La información es el activo más valioso de las instituciones financieras, lo que les lleva a grandes inversiones en centros de datos para poder gestionar ambiciosos objetivos de tiempo en cuanto a replicación y recuperación. Especialmente en la actual coyuntura financiera internacional la información para manejar datos, alcanzar el máximo rendimiento y tomar decisiones para obtener las mejores cifras de negocio es fundamental. La creciente complejidad de las operaciones financieras requiere unas capacidades que sólo determinadas tecnologías pueden ofrecer. La llegada de Ethernet 100 G permitirá a los directores de TI en el sector financiero solucionar el cuello de botella que están padeciendo hoy en día y escalar sus redes para dar con las crecientes necesidades de ancho de banda.
Redes para la investigación
La investigación es el mayor ejemplo de un sector donde las redes de alta capacidad pueden tener un impacto significativo, desde la medicina a la física aplicada. La red estadounidense de I+D Internet2 ha sido protagonista a la hora de anunciar la necesidad de enlaces Ethernet 100 G entre instituciones de investigación y su compromiso con la tecnología. Redes de otros países han seguido el mismo camino y han apostado por el 100 G como tecnología. Es el caso de la francesa RENATER; de JANET, del Reino Unido; de la canadiense CANARIE; o de las más recientes: la holandesa SURFNET y la rumana RoEduNet. Los administradores de todas ellas han sabido ver los múltiples beneficios que la tecnología tiene para la investigación. En este sentido, Latinoamérica no se queda atrás, ya que existen redes académicas y de investigación regionales tales como RedCLARA y REUNA, las cuales pasan a ser parte de esta red global de investigación académica. Estas redes de alta capacidad y gran velocidad son herramientas vitales para las comunidades de investigación, quienes necesitan compartir y transmitir grandes cantidades de información a gran velocidad para demostraciones, pruebas, corroboración y verificación entre sus colegas en todo el mundo.
La tecnología Ethernet 100 G proporcionará a la comunidad de investigadores y educadores los medios para continuar obteniendo logros científicos gracias a las conexiones entre emplazamientos y facilitando innovadores experimentos en campos que cambiarán nuestras vidas.
Las necesidades de la investigación pueden significar petabytes de datos transferidos entre diferentes ubicaciones para su análisis de manera rutinaria. Y en este sentido la tecnología 100 G es capaz de transmitir un Petabyte de datos en tan sólo 12 horas. ¿Qué implica esto en la investigación? Una mayor velocidad supone una mayor capacidad de procesamiento de datos de centros interconectados que colaboren en una misma investigación. Si cada centro envía y recibe información a mayor velocidad, además de obtener los resultados más rápidamente, mejorará el rendimiento general de los centros. Si pensamos una red de investigación que genere una gran cantidad de datos muy complejos de múltiples fuentes en distintas ubicaciones, podemos pensar en el CERN, a la sazón cuna de la World Wide Web, como paradigma. Científicos de muchos países colaboran intercambiando información con cálculos y cifras muy complejas, dada la naturaleza de la investigación en física de partículas. Todo ello requiere una enorme infraestructura de redes capaz de soportar esos flujos de datos.
La investigación espacial es otro campo paradigmático en el intercambio de grandes flujos de datos. La captación de datos astronómicos, ya sea obteniendo imágenes de luz visible mediante telescopios o a través de otras ondas del espectro, requiere instalaciones que están repartidas por todo el mundo en función de determinadas condiciones climatológicas y de observación. El motivo es que observación de un cuerpo o fenómeno astronómico no puede ser sostenida en el tiempo por un solo centro por el factor horario o en ocasiones, climatológico.
Es por eso que el radiotelescopio de Arecibo ubicado en Puerto Rico ha de colaborar con el Very Large Array de Nuevo México. Así, la colaboración entre países y agencias espaciales, con sus correspondientes instalaciones, es muchas veces esencial. Por todo ello, también requieren una infraestructura de red que sea capaz de soportar esos flujos de información. Para grandes distancias, se tiende a pensar en la comunicación por satélite por sí sola, pero no puede soportar grandes cantidades de flujo de datos de forma sostenida. Por eso, la tecnología 100 G es ideal para estos cometidos.
Potencial para la medicina
Las redes de alta capacidad también tienen el potencial para revolucionar la medicina. El ejemplo más visible es el de la telemedicina por videoconferencia. Hoy en día es una práctica habitual en países con insuficiente presencia sanitaria o en misiones militares internacionales. Para un cirujano que esté llevando a cabo una operación en la que emplea remotamente un enlace de vídeo, cualquier fallo en el sistema puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Hoy en día, quizá las redes sean capaces de soportar la demanda de ancho de banda de este limitado número de videoconferencias pero no hay duda de que aumentará en el futuro, así como aumentará para la alta definición por su capacidad de mostrar más detalles médicos. Todo esto supondrá un reto para las redes.
Por otro lado, no todo es telemedicina por videoconferencia. En un futuro próximo será una realidad extendida la monitorización remota de pacientes y el intercambio masivo de datos sanitarios, independientemente de la naturaleza de los archivos. Y aquí, la mayoría de las aplicaciones de E-Health requieren tremendas cantidades de ancho de banda si van a ser compartidas a través de una red del sistema sanitario. Por ejemplo, hoy en día, una simple imagen médica 3D pesa más de un Giga y es improbable que se comparta entre distintos centros precisamente por su peso. Los médicos todavía se basan excesivamente en informes escritos. Si a ello se une la diversidad de formatos y la multiplicidad de administraciones sanitarias, esta dependencia excesiva en informes escritos genera retrasos y lamentables errores, que por desgracia, se han materializado a veces en negligencias médicas.
Pero esto irá cambiando a medida que se desarrolle la tecnología de intercambio de datos médicos. Compartir información médica y monitorizar pacientes remotamente supondrá un tráfico significativo, poniendo una gran presión sobre la red subyacente y creando la necesidad de más capacidad. Además del día a día en el Sistema Sanitario, como ocurre con otros campos de investigación antes descritos, el progreso médico dependerá de que los grandes cerebros puedan trabajar juntos, haciendo realidad unas mejores conexiones entre clínicas, hospitales e instituciones de investigación. Pero tal modelo sólo puede funcionar con el soporte de una infraestructura altamente fiable y duradera.
Mejorar nuestra vida
Todas estas aplicaciones prácticas son ya una realidad, pero no son más que la punta del iceberg de lo que está por venir. Si los operadores de servicio, administraciones públicas, empresas y centros de investigación apuestan por la tecnología de las redes de alta capacidad, no sólo repercutirá en su trabajo de manera positiva y obtendrán mejores resultados sino que terminarán por mejorar la vida de muchas personas.
Con redes de alta capacidad flexibles y fiables, abrirán las puertas a la innovación, obteniendo mejores resultados con los procesos de negocio, logrando más éxitos con la investigación y haciendo a los servicios más eficientes. En definitiva, mejorarán nuestra calidad de vida.
Por Fabio Medina – Gerente General y Vicepresidente de Ventas – América Latina, Ciena