La presidenta de los argentinos tiene y no tiene razón, la afirmación sobre la necesidad de contar con un número mayor de profesionales del campo de la ingeniería es común a toda América Latina, pero esconde otros problemas que desde la política no se le dan respuesta.
Es tremendamente positivo que se inaugure una Universidad como la de Ezeiza en la provincia de Buenos Aires, es tremendamente positivo que la educación esté presente en la Agenda de cualquier presidente latinoamericano, el futuro de nuestra región depende de la pericia educativa para formar profesionales exitosos que puedan vivir sin tener una diáspora de científicos en países desarrollados.
Hay que reconocer el profundo esfuerzo que el gobierno argentino hizo por repatriar científicos, elevar a Ciencia y Tecnología a la categoría de Ministerio es un hecho loable y lamentablemente innovador, digo lamentablemente por que debimos esperar al siglo XXI para entender la importancia que tiene la ciencia y la tecnología en el desarrollo de una Nación.
Para lograr más ingenieros hay que primero transformar a la educación, la tecnología debe estar al servicio de enriquecer la experiencia educativa y dinamizar el acceso al conocimiento.
Hay que garantizar la inclusión “de todos” para no crear un abismo en la misma sociedad y hay sumar una carga horaria más importante en ciencias duras, el éxito del futuro de nuestra región es proporcional a la cantidad de horas que les brindamos a nuestros alumnos en ciencias duras. Esto no implica abandonar la educación humanística, implica profundizar el conocimiento en matemáticas de todos nuestros alumnos.
Los programas educativos deben ser más dinámicos, desde que un alumno se inscribe en una universidad hasta que se recibe la tecnología da un mínimo de 3 vueltas, la ley de Moore debe ser aplicada a la educación para formar gente funcional a las necesidades competitivas de una Nación.
Por otro lado hay algo que es terrible, la sangría que resulta de la no terminalidad universitaria, de nada sirve abrir casas de estudio si 90 de cada 100 alumnos no logran titularse.
El sistema educativo no debe ser expulsivo, debe reconocer competencias y debe tender puentes que faciliten la re inclusión en el sistema educativo de cualquier ciudadano.
En el caso de la tecnología informática se da una contradicción rigurosa, si comparamos a un alumno que realiza toda su carrera de ingeniería en sistemas, en el tiempo estipulado y sin haber entrado al mercado laboral, contra alguien que a la mitad de su carrera abandonó sus estudios y entró al mercado laboral, seguramente quien salió de la facultad a mitad de su carrera cuenta con más conocimientos que quien hizo toda su carrera.
Eso lo saben los alumnos, los profesores y las empresas también.
Es necesario reconocer competencias y detener la sangría de alumnos que no terminan su carrera de grado.
La aceleración del crecimiento del conocimiento humano va a profundizar más esta problemática, si hoy estamos en problemas cuando sabemos que la humanidad duplica su base de conocimiento cada 3 o 4 años, no me quiero imaginar en un lustro cuando se duplique cada 30 días.
Este tema es mucho más estratégico para nuestra industria que la misma infraestructura con la que cuente un país, para desarrollarnos necesitamos talento y eso solo lo genera la gente.
Marcelo Lozano
Director CIOAL.com