Si Shakespeare hubiese nacido unos siglos más tarde, podría haber dicho “Todo el mundo es una interfaz,” sobre todo si hubiese tenido la oportunidad de jugar con la recientemente desarrollada, OmniTouch portátil.
Si bien los proyectores interactivos de interfaz no son nuevos, este concepto de diseño innovador utiliza un enfoque diferente que promete convertir a casi cualquier superficie sólida en un dispositivo de entrada sensible al tacto. Libros, mesas, paredes, manos y otras partes del cuerpo.
En su actual prueba de concepto de iteración, el que fuera prototipo de una idea desarrollada en el Microsoft Research en Redmond, Washington, por Chris Harrison y su equipo, el dispositivo ubicado en el hombro parece tosco y se asemeja a un arma de ciencia ficción de un depredador, pero esto puede ser engañoso.
“Hemos explorado un prototipo con un poderoso enfoque alternativo a la interacción móvil, la cual utiliza una proyección colocado en el cuerpo. El sistema de detección nos permite sacar provecho de la enorme superficie del mundo real ofrece”, explica Harrison.
El OmniTouch se basa en una mezcla de disciplinas para superar numerosos problemas que acosan a otros dispositivos similares. Algunos métodos requieren la colocación de marcadores en la punta de los dedos, pero aún no se puede discernir si los dedos hacen “clic” (tocar la superficie) o flotando. Otros no pueden “leer” más allá de las superficies del propio cuerpo del usuario o que carecen de la capacidad de responder al tacto.
Para superar estos obstáculos, Harrison y sus colegas combinaron una PrimeSense de corto alcance con una cámara de profundidad con su SHOWWX Microvision + láser pico-proyector.
La cámara genera un mapa de profundidad de 320×240 a una velocidad de 30 fps, inclusive para los objetos a una distancia de 8 pulgadas (20 cm).
El proyector les entrega el enfoque libre, un amplio ángulo de visión independiente de la distancia de la superficie. Ambos dispositivos se asocian entonces con una computadora de escritorio.
El OmniTouch obtiene su ventaja en la detección de la posición de los dedos a través de una compleja serie de cálculos que se inician con la generación del mapa de profundidad.