Sin tomar partido ni por los estudiantes, ni por el gobierno del Presidente Chileno Piñera, la cuestión que se repite una y otra vez es consecuencia de un sistema que no sabe leer la realidad de un mundo que ha cambiado y en el que cualquier atentado contra la educación debería ser considerado un delito de lesa humanidad.
De la misma forma que robar la identidad de una persona merece juicio y castigo, robar el futuro de un joven no es menos lesivo para la integridad del individuo.
Vivimos en la Economía del Conocimiento, excluir a un ciudadano del acceso libre e irrestricto a una buena educación es comparable a cortar la mano de un pintor, o los pies de un maratonista.
La consecuencia de la exclusión social es el caos, es crear un campo fértil para el acceso a la droga a un país, y es fomentar la lucha entre clases, los que más pueden, usan el poder para defenderse de los que menos pueden, y los que menos pueden, luchan entre sí por sobrevivir.
La equidad y el derecho igualitario a acceder a buena educación debería ser la columna vertebral de una Nación digna, cuando uno mira por televisión la represión a los estudiantes se pregunta con justicia ¿Qué reprimen?
Ilusiones, sueños, identidad, arraigo, progreso, innovación, equidad.
Sin dudas y sin tomar partido por ninguna de las partes en pugna del hermano pueblo chileno, puedo afirmar a título personal, que si tuviese 20 años menos, no resignaría mis Ilusiones, mis sueños, mi identidad, mi arraigo, el progreso de toda mi sociedad, la innovación y la equidad para mi pueblo.
Marcelo Lozano
Director CIO América Latina