Por: Marcela Cueli
Gerente de Marketing de Data Center para Latinoamérica de Global Crossing
Diariamente nos llegan anuncios de productos, publicidades, proyecciones de mercado, etc., que hablan de Cloud Computing. En ese sentido, es necesario bucear en la nube para rescatar y resaltar los conceptos que entendemos son claves dentro del modelo de Cloud Computing, que no es una tecnología, sino un modelo de provisión y comercialización de servicios informáticos que cumple con ciertas características:
- Ofrece servicios informáticos, no productos.
- La infraestructura es compartida. Múltiples clientes comparten una misma plataforma tecnológica e inclusive una misma instancia de aplicación.
- Los servicios se acceden a demanda en unidades que varían según el servicio. Las unidades pueden ser por ejemplo: usuario, capacidad, transacción o cualquier combinación de ellas.
- Los servicios son escalables. Desde el punto de vista del usuario los servicios son elásticos, no existen límites de crecimiento.
- El modelo de precios es por consumo. En lugar de pagar los costos fijos de un servicio dimensionado para soportar el pico de uso, se paga un costo variable por el consumo de unidades (usuarios, transacciones, capacidades, etc.) medidos en periodos de tiempo que pueden variar: hora, mes, etc.
- Los servicios pueden ser accedidos desde cualquier lugar del planeta por múltiples dispositivos.
El modelo de Cloud Computing da lugar a diferentes clases de nubes, en principio dos: las privadas y las públicas. Las nubes públicas son aquellas que ofrecen servicios IT a cualquier cliente a través de Internet; y las privadas, son aquellas que ofrecen servicios IT a un grupo de clientes predefinidos, que pueden acceder a través de Internet o de redes privadas.
También se puede oír hablar de nubes internas y externas. Las primeras son un subgrupo de las privadas, y ofrecen servicios dentro de una misma empresa o grupo empresario. Las segundas pueden ser tanto públicas como privadas, y ofrecen servicios a otras compañías.
Los servicios de IT provistos a través de la nube se agrupan en tres categorías: infraestructura como servicio (IasS), plataforma como servicio (PaaS) y software como servicios (SaaS).
Los servicios de infraestructura (IaaS) contemplan la provisión del entorno de procesamiento (servidores, almacenamiento, balanceadores, firewalls). Estos servicios pueden ser implementados a través de diferentes tecnologías, la más común es la virtualización, pero también hay implementaciones que utilizan tecnologías grid o clusters.
Los servicios de plataforma (PaaS) ofrecen un entorno para el desarrollo y ejecución de aplicaciones. La autenticación, autorización, manejo de sesiones y metadata son también parte de este servicio
El software como servicio (SaaS) es la categoría más avanzada y compleja del modelo de Cloud Computing. Los servicios de software brindan funcionalidades que resuelven alguna problemática del usuario, sea este un individuo particular o un empleado de una empresa. Algunos ejemplos de soluciones que hoy se ofrecen bajo el modelo de SaaS son: business intelligence, conferencia a través de la web, correo electrónico, suites de automatización de oficina, automatización de la fuerza de ventas.
Los beneficios que ofrece este modelo son claros y muy atractivos: acceder a un servicio integral, eliminar las inversiones, diferir algunos costos y eliminar otros, incrementar la agilidad de las aéreas de IT, aumentar la movilidad de los usuarios, y mejorar la disponibilidad de los servicios. Sin embargo, dado lo novedoso del modelo, hay algunos aspectos que todavía no han sido resueltos, y por supuesto, como en todos los entornos de trabajo, existen riesgos que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar cómo, cuándo y para qué utilizar esta nueva herramienta que se pone a disposición de las áreas de tecnología de las empresas.
Las implementaciones actuales del modelo de Cloud Computing todavía no ofrecen, ni SLA´s adecuados, ni herramientas de control de los mismos. No contemplan proceso de auditoría de seguridad, ni normativas de almacenamiento y resguardo de los datos del cliente, que son gestionados y quedan alojados dentro de la nube. Ni tampoco ofrecen interfaces de integración claras y sustentables en el tiempo, entre los servicios tomados de la nube y los propios de la compañía.
Como toda herramienta, el Cloud Computing no es perfecta, ni es aplicable en todos los entornos y, por supuesto, tampoco se puede incorporar de un día para otro. Requiere de un proceso de evaluación de beneficios y riesgos, un plan por fases para la implementación, y la definición de un proceso de mejora continua para la etapa de producción.
Dada las falencias que hoy existen, y han sido mencionadas con anterioridad en este documento, los servicios en la nube son, por ejemplo, una excelente alternativa, en este primer periodo, para que las empresas implementen nubes privadas utilizando IaaS, para entornos de prueba o desarrollo de aplicaciones en su modalidad de PaaS, y para aplicaciones auto contenidas, como por ejemplo, web conference, en la categoría de SaaS.
El modelo de Cloud Computing, al mismo tiempo que presenta nuevas alternativas para los usuarios, demanda significativos cambios por parte de los proveedores de productos y servicios de tecnología de información.
Las empresas proveedoras de hardware, software y servicios deberán enfrentar simultáneamente dos desafíos: el primero, es desarrollar o adaptar sus productos, procesos y herramientas para participar de este nuevo modelo de comercialización y provisión de tecnologías de información. El segundo, y tal vez el más complicado, es modificar sus estructuras de venta y soporte, y en algunos casos también sus mercados objetivos, para atender la dinámica del nuevo entorno.
Para las empresas que comercializan hardware y software de base, el principal cambio se va a dar a nivel de su mercado objetivo, ya que en un modelo de Cloud Computing los consumidores de tecnología no son más las compañías financieras, las industrias, los organismos del estado, etc., que pasan a ser usuarios, sino las empresas proveedoras de servicios de IT.
En el caso de las empresas que venden aplicativos, el impacto se va a dar en la estructura de venta y de soporte, ya que deberán pasar de vender licencias a vender y a soportar servicios.
Por último, las empresas proveedoras de servicios de IT deberán integrar en un 100 por ciento las comunicaciones a sus servicios, adaptar su portfolio a la categoría de Cloud en la que decidan participar (IaaS, PaaS o SaaS), adecuar sus procesos de venta, delivery y facturación al modelo on-demand, y desarrollar los mecanismos de integración necesarios entre el área de IT de la empresa cliente y la nube para viabilizar el desarrollo del modelo.
Dada la envergadura y la complejidad de los cambios que se avecinan, no debe asombrar que se asista a varios falsos comienzos. Lo importante es trazar un plan, entendiendo a cada paso cuales son los desafíos a encarar y evaluando los riesgos a asumir, y empezar a andar de manera de no demorar ni desechar ninguna alternativa para hacer más redituable y eficiente el negocio.