Según datos registrados por PandaLabs, el número de usuarios afectados por todo tipo de malware encaminado al robo de identidad ha aumentado un 600%, comparado con el mismo período del año 2008. En su mayoría, son troyanos, pero también encontramos numerosos ejemplares de phishing, gusanos, spyware, etc.
Además, los hackers han buscado tanto fuentes alternativas de financiación como modos de difusión novedosos. Por ejemplo, cuando antes el malware enfocado al robo de identidad iba dirigido casi exclusivamente a llevar a los usuarios a introducir su login y password en su banco online, ahora intentan engañar a sus víctimas llevándoles a cualquier plataforma o sitio online donde o pueden tener sus datos bancarios almacenados o pueden introducirlos en algún momento.
Este es el caso de grandes crecimientos en ataques phishing especialmente dirigidos a plataformas de pago (tipo Paypal), donde los usuarios suelen tener almacenados sus datos bancarios; tiendas online populares (como Amazon); sitios de subastas online (como eBay), e incluso portales de ONGs donde se solicitan donaciones para proyectos de carácter humanitarios.
Y así como antes el correo electrónico era casi en exclusiva el método para llegar a sus víctimas, ahora utilizan otros métodos igual o más efectivos, como:
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- Distribución de mensajes a través de redes sociales con URLs falsas, como Twitter o Facebook
- Clonación de páginas web consiguiendo que aparezcan en los primeros resultados de búsqueda por palabras clave en los motores más populares
- Envío de mensajes SMS a teléfonos móviles
- Infectando el ordenador con spyware que enseñan a los usuarios mensajes alarmantes buscando llevarles a webs falsas (como es el caso de los falsos antivirus)
El uso de mensajes usando ganchos sociales y populares es el toque de gracia que finalmente aplican a sus creaciones para conseguir que los usuarios piquen.
Una vez que se hacen con los datos de tarjetas de crédito o bancarias, pueden realizar dos acciones: bien realizar compras con la numeración, sin que el usuario sea consciente hasta que le llega el cargo al banco; o bien vender en el mercado negro dicha numeración a un precio más que razonable (unos 3 €).
¿Qué pueden hacer los usuarios para no convertirse en víctimas?
Calculamos que aproximadamente un 3% de los usuarios son víctimas de este tipo de ejemplares. El problema con este tipo de amenazas, a diferencia de virus más tradicionales del pasado, es que están diseñadas para pasar desapercibidas, por lo que es difícil que el usuario sea consciente que está siendo víctima hasta que es demasiado tarde.
Pero sí podemos aplicar unas cuantas técnicas básicas de prevención que nos ayuden a estar más alertas.
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- Es bastante improbable que bancos online, plataformas de pago o comunidades nos reclamen nuestro usuario y contraseña por algún método (correo electrónico, mensajes a través de redes sociales, etc.), y menos que nos soliciten nuestros datos de tarjeta de crédito
- Si se necesita acceder al banco online, a una tienda, etc., hacerlo siempre escribiendo la dirección directamente en el navegador. No es recomendable entrar a estos sitios a través de links recibidos por cualquier vía ni por resultados ofrecidos por motores de búsqueda
- Aunque hayamos escrito la dirección en el navegador, comprobemos siempre que la URL es la que hemos introducido y no se ha convertido en otra dirección extraña al darle al enter
- Comprobemos que la página contiene los certificados de seguridad adecuados (se muestra generalmente con un candado cerrado en el navegador)
- Por supuesto, contar con una buena solución de seguridad instalada en el ordenador es crucial para, en el caso de que estemos entrando en una página falsa, nuestro software pueda detectarla. No está de más contar con una segunda opinión para asegurarnos que no tenemos troyanos ni nada por el estilo. Para ello, se puede utilizar cualquier aplicación gratuita online, como Panda ActiveScan (disponible en www.pandasecurity.com)
- Sobre todo, muy importante, si tenemos cualquier duda, antes de introducir cualquier dato, póngase en contacto con el banco, la tienda o el proveedor al que queramos acceder. Prácticamente todos ellos cuentan con servicio telefónico de atención al cliente
- Y si suele ser de las personas que utilizan frecuentemente servicios online para compras, bancos, etc., no está de más contratar un seguro de compras online, para estar cubierto en caso de estafa