Para algunos CIOs, lidiar con equipos es su definición laboral: Ellos deberán redefinirse pues el intangible SaaS se vuelve rey de la infraestructura.
CIO AMÉRICA LATINA | Por Elibeth Eduardo | @ely_e
Puede que la reciente caída de un tercio del servicio de Amazon Web Service reavive las dudas de muchos gerentes de tecnología que siguen viendo con desconfianza migrar toda su operación a la nube. Pero estas son dudas similares a los riesgos de incendios de casas que retrasaron (en su momento) la adopción del gas para la iluminación en lugar de usar velas… un poco más fáciles de controlar.
El especialista en tecnología y colaborador de IDG News Service, Chris Stone, utiliza una metáfora más contemporánea: el auto sin conductor.
Para quienes conducir es un placer y se sienten seguros de unas habilidades perfeccionadas por los años, que el vehículo no lo “necesite” genera sonrisas burlonas inevitables. Es cierto que en América Latina y el resto del mundo en desarrollo, los vehículos autónomos tendrán que enfrentar malas condiciones de las vías, sortear inundaciones por monzones, malos conductores e infractores que determinarán que tan “inteligente” puede ser (de verdad verdad) el machine learning.
Pero la electricidad sigue llegando a los sitios más remotos del mundo, ahora a través de tecnologías renovables, paneles solares y otros medios tecnológicos así que los servidores empresariales deben iniciar su conteo regresivo.
“Al igual que nos enfrentamos a preguntas sobre un conjunto unificado de estándares operativos para todas las empresas deseosas de eliminar los controladores de detrás del volante, la computación sin servidor plantea un conjunto de desafíos similares a medida que el software se alimenta cada vez más de la pila de infraestructura, asegura Stone.
¿Mundo sin servidores?
Para Stone, este mundo en el que muchos CIOs aun no pueden pensar, no sólo viene sino que cada vez está más cerca gracias a los avances de AWS Lambda, Google , IBM y otras grandes marcas en desarrollos de plataformas de computación sin servidor, que se está convirtiendo rápidamente en una realidad.
Considera que estas plataformas se miden por el uso, en lugar de obligar a las empresas a pagar por lo que piensan que necesitan.
“Este modelo permite a las empresas escalar y bajar fácilmente, y no ser obstaculizadas por la memoria del servidor y el almacenamiento. Esto conducirá a un cambio de modelo de negocio en las empresas de software, permitiendo que los sitios giren hacia abajo y para que los costos también se reduzcan como resultado, beneficiando tanto a los consumidores como a las grandes corporaciones”, destaca el experto.
Para él, los avances que estamos viendo en las interfaces harán más amigables el proceso.
“La tecnología de sensores como Amazon Alexa y Google Home eventualmente operará independientemente de Amazon y Google. Vamos a encontrar interfaces de conversación en todas partes, desde nuestros dispositivos móviles a nuestros coches a los medios que ni siquiera hemos considerado aún”, explica.
Stone destaca que Amazon ha anunciado ya Lex , una API para que los desarrolladores escriban sus propias interfaces utilizando Lex como el back-end.
“Este será probablemente el enfoque en todos los ámbitos. Las empresas tendrán que construir las experiencias que quieran sobre un servicio de back-end y API o trabajar con una empresa que se especializa en la creación de campañas en torno a las interfaces de usuario de conversación”.
Los sensores encuentran su independencia
El experto señala que, a medida que entramos en un mundo sin servidores y centrado en los sensores, las empresas deben ofrecer aplicaciones de software que jueguen bien en el panorama tecnológico, al igual que los fabricantes de coches sin conductor deben acordar un conjunto de normas que mantendrán a los pasajeros y peatones seguros.
Considera que hay varios enfoques que las empresas pueden tomar para obtener sus herramientas digitales en orden, y varían en función de factores como el nivel de talento tecnológico que una empresa esté empleando (o planea emplear) y cuánto control desea tener la empresa sobre la experiencia digital que ofrece a sus clientes.
Para Stone, estas son las opciones que las empresas podrían manejar:
- Creación de una aplicación de bricolaje. Esto requiere un equipo con las fortalezas técnicas para crear una buena experiencia digital desde el principio.
- Uso de un software-como-servicio-producto (SaaS) que se encargue de todos los detalles. Para Stone, esta opción es tentadora pero, si es muy restrictiva y deja pocos espacios para la personalización, terminará por ser rechazado por los usuarios, dentro y fuera de las empresas. “Esta opción puede ser demasiado restrictiva para cualquier organización con ideas sólidas sobre cómo será su experiencia digital”, asegura el experto.
- La elección de una plataforma que elimina la necesidad de un equipo de TI en casa. Aunque muchos consideran que eta no es la mejor opción, Stone señala que la misma le permite a una organización reunir la experiencia digital que funciona para ellos mediante la adición de software en la parte superior de la infraestructura.
Para Stone, en los próximos cinco a 10 años, el reto está en que las empresas y los CIOs encuentren la forma de “comerse” su infraestrutura y adoptar el SaaS sin traumas.
“No hay duda de que vamos a seguir viendo el papel del software y las aplicaciones evolucionar para servir mejor al usuario final. Para volver a la analogía del coche sin conductor, nos volveremos menos dependientes del conductor o – en este caso – de la infraestructura detrás del software. Depende de las organizaciones adaptarse a estos cambios para garantizar un viaje suave”, señala.