La demanda de Microsoft contra el Departamento de Justicia por evitar que tengan acceso a los emails de sus usuarios sin notificarlos llega a un momento crucial. La decisión está en manos de un juez federal.
CIO América Latina/Mario Augusto Beroes Ríos/@marioberoes22
Es en Seattle, ciudad al noroeste de los Estados Unidos, donde se ha interpuesto la demanda, que un juez federal deberá decidir hasta dónde puede llegar la compañía en la defensa de sus clientes frente a las autoridades estadounidenses, tras escuchar a los abogados de los organismos implicados. La audiencia comenzará el lunes 30.
En los últimos años, Microsoft ha demostrado públicamente su desagrado hacia lo que, afirman, es un caso de vigilancia desmedida del gobierno. En abril del pasado año denunciaron al Departamento de Justicia por no dejarles notificar a sus usuarios cuándo el gobierno había accedido a sus correos electrónicos. Varias grandes corporaciones tecnológicas, como Apple, Google o Amazon, apoyaron a la empresa cuya sede central está en California, en la demanda.
Según denuncia Microsoft, cuando el gobierno requiere los datos de usuarios que ellos almacenan normalmente incluyen una orden de silencio sin fecha de finalización lo que, dicen, va en contra de la primera y la cuarta enmiendas.
La compañía aduce que las autoridades han aprovechado la transición a la tecnología cloud para “expandir su poder para conducir investigaciones secretas”. Según la directiva de la empresa en Redmond, se dan “circunstancias especiales” para enfrentarse al gobierno en el caso.
Un juez decidirá hasta dónde puede llegar la corporación en la defensa de la privacidad de sus usuarios. Desde que se interpusiese, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha respondido con una moción para que se descarte la reclamación, alegando que Microsoft no ha sufrido ningún daño concreto al no poder notificarlo a sus usuarios y, por tanto, no puede poner una demanda sobre la cuarta enmienda en favor de terceros.
De aceptar el juez estas alegaciones, parte del caso de la corporación se vendría abajo. El caso ha suscitado el interés de otras organizaciones, además de las corporaciones tech, que han remitido escritos voluntarios en los que muestran su preocupación por las políticas del gobierno.