La tecnología es sin duda un atractor para la evolución de la sociedad, la última gran frontera que Internet tiene que derribar es la brecha digital que hoy existe entre géneros.
Egipto y Libia, son claros ejemplos de los cambios que vivimos y resulta inmensamente necesario comprender que para la evolución de nuestras sociedades, hace necesario no generar diferencia de posibilidades entre géneros.
Existen múltiples trabajos que demuestran de forma fehaciente que tanto en el desarrollo de la ciencia, como en el mundo de la tecnología es la mujer la mayor relegada.
Debemos cambiar las distancias para lograr una inclusión digital integradora del otro género, que permita el acceso tanto físico como económico al conocimiento, la creación de habilidades, frecuencia y usos básicos, le facilita usos avanzados, contenidos, creación y toma de decisiones.
La Sociedad de la Información requiere una construcción igualitaria incluyendo a las mujeres, incorporando todo el talento y diferentes capacidades creativas que ellas disponen, aprovechando las posibilidades que encierra este entorno de tecnología.
Debemos luchar por una sociedad que se consolide a nivel global, pero sumando a las mujeres que hoy están en inferioridad de condiciones porque tienen menos recursos para acceder computadoras o dispositivos tecnológicos, generando una brecha TIC que los diferencia.
Es imposible conceptualizar la sociedad del conocimiento de un solo género, pero precisamente es el conocimiento el factor de inclusión más importante, siendo las naciones quienes deban dar un lugar igualitario a la mujer ante la ciencia.
No es una cuestión solo de justicia social, es también una apuesta estratégica para ganar valor con una nueva perspectiva mucho más humanista, aprovechando a la tecnología como motor de innovación.
Hoy existe una doble segregación con las mujeres, una horizontal, en ciertas ramas de la ciencia en las que siguen existiendo muy pocas mujeres, como algunas ciencias experimentales y en cada una de las ingenierías. Y otra vertical, en todos los campos científicos, de forma que son pocas las mujeres que ocupan los puestos más destacados en la carrera científica y en las mismas estructuras de gestión.
Plantear este tema en el Día Internacional de la Mujer puede resultar insuficiente, pero la suma de voluntades puede ser el punto de partida para un cambio cualitativo que genere un ámbito propicio para una sociedad más justa e igualitaria.
Por tal razón brindamos desde la redacción de CIO América Latina por el enorme valor que las mujeres aportan a las sociedades de nuestra región, auspiciamos un cambio profundo, con equidad y definitivo en donde las oportunidades sean para todos por igual sin importar el genero, religión o condición económica, apostando por la voluntad de cada individuo como el motor de crecimiento personal de los seres humanos.