Los escenarios de inflación y múltiples tipos de cambio suponen retos de incertidumbre en los que el análisis What-if ayuda a la planificación.
En América Latina, los períodos de inflación e inestabilidad son persistentes, parecen cíclicos y casi perennes.
Otro tanto ocurre con los sistemas de cambio múltiple, de complejidad siempre desafiante. Pero, pese a su recurrencia, nunca estamos los suficientemente listos para cada nuevo ciclo.
Históricamente, la mayoría de las empresas acostumbraba elaborar presupuestos para periodos de 1, 3 o 5 años. Ya no.
Cada vez son más las industrias que apuestan a planificar con técnicas de rolling forecast cada 2 o 3 meses, apoyadas en el análisis What-if, que permite simular resultados en escenarios cambiantes.
Y es que What-If es una técnica de evaluación de riesgos que es capaz de identificar situaciones que puedan provocar percances que impacten de manera negativa o positiva y aporta escenarios de solución para cada uno.
Lo cierto es que en escenarios en los que, simultáneamente, tenemos el impacto de shock externos (Ucrania), inflación e inestabilidad política, sin haber superado enteramente todo lo ocurrido en los dos últimos años, los recursos de análisis no sobran.
Pruebas no superadas
En este punto es preciso recordar que el COVID-19 dejó en evidencia las debilidades y carencias económicas y sociales de muchas organizaciones del mundo y América Latina.
Es por ello que hoy aún buscan adaptar su presupuesto al contexto actual y a las proyecciones futuras bajo cierta incertidumbre.
En Argentina o Venezuela, por ejemplo, planificar las finanzas no es igual al proceso que se sigue en otros países: en función del entorno, se requiere contar con soluciones que permitan simular variaciones como el tipo de cambio y la inflación.
Hay muchas otras condiciones internas o externas al negocio que se deben evalluar:
- Crisis económicas
- Tipos de cambio múltiples
- Diferentes estrategias de negocio y costos
- O gastos particulares en cada escenario planteado
En este sentido, Juan Pablo Baldoni, CEO de Plika, destaca que diferentes escenarios de ventas pueden generar modificaciones en los costos y en los gastos.
“Cierta rentabilidad del negocio permitirá luego derivar en aumento de salarios, nuevos proyectos, o infinidad de decisiones. Todo es una cadena, por elli, se debe tener agilidad para trabajarlas con escenarios What-if, un análisis que implica entender los posibles futuros sin sesgos, identificando lo que podría pasar y describiendo el resultado de manera convincente”, explicó.
Aunque muchas empresas siguen utilizando Excel en su totalidad, hasta que se vuelve una “bola de nieve” difícil de gestionar, muchas otras compañías, sobre todo las Startups, prefieren ordenar sus finanzas y sus proyecciones con FP&A.
Superar viejas herramientas
Y puede que los recursos tradicionales sigan teniendo utilidad pero no proporciona mayor perspectiva a la hora de pensar fuera de la caja.
Por ello, las empresas más grandes enfocan el uso del Financial Planning hacia una necesidad de descentralizar el presupuesto de la empresa entre varios actores de forma más rápida y colaborativa.
En las empresas de menor tamaño, la necesidad pesa más hacia el lado del análisis y la proyección de la rentabilidad del negocio.
“Entendemos que para dar este gran paso al cambio y tomar una decisión necesitamos contar con más de una alternativa, por eso el uso del What-if permite refinar estas opciones, hasta quedarse con 2, 3, 4 o las necesarias que se adapten al negocio, brinden soluciones efectivas y minimicen los riesgos”, puntualizó el CEO de Plika.