Las empresas estatales de generación y distribución de electricidad enfrentan grandes retos en todo el mundo. Por ejemplo, Brasil reporta pérdidas y desperdicio de energía de 40 millones de kW cada año, según datos de su Programa Nacional de Conservación de Energía (Procel).
De la misma manera, la Comisión Federal de Electricidad de México (CFE) se mantiene alerta y activa para reducir las pérdidas técnicas y no técnicas de energía eléctrica. Gracias a los esfuerzos realizados en los últimos años, éstas se han reducido en un punto porcentual cada año, pasando de 16 % en 2012, a 15 % en 2013 y a 14 % al cierre de 2014, como se señala en el informe anual de la compañía.
De las pérdidas registradas en 2014, 6 % fueron pérdidas técnicas, mientras que 8 % fueron pérdidas no técnicas. Estas pérdidas equivalen a 37,186 millones de Kilowatts-hora. A pesar de las mejoras constantes, las pérdidas de energía en México son más del doble que el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que es 6 %, y casi 5 veces mayores a las que se observan en Corea del Sur (3 %).
Por ello, la CFE toma las medidas necesarias y oportunas para revertir estos resultados y en 2014 ejerció un presupuesto de inversión de USD$1,192,661, que representa un incremento de 43.3 % respecto del presupuesto de 2013, logrando una recuperación histórica de 2,349 GWh de energía durante el año pasado.
A pesar de que los procesos de generación y distribución están mejorando, un sistema inteligente de alumbrado público puede ayudar en el ahorro de energía al hacer más eficiente el uso y administración de recursos, sin sacrificar la funcionalidad para los habitantes de las ciudades donde se implemente.
Debido a esto, GE tiene una solución de administración remota con LED, LightGrid, que representa a las ciudades un ahorro en el consumo de energía superior al 50 % y que aporta calidad y eficiencia al sistema a través de una plataforma de monitoreo en tiempo real con tecnología de punta. A la vez, esta tecnología garantiza una disminución significativa de los costos de mantenimiento, ya que las lámparas LED para este segmento tienen una vida útil estimada en 100 mil horas, poseen una baja tasa de depreciación luminosa, son 3 veces mejores en la reproducción del color y superan en un 30 % los niveles de iluminación de las lámparas de sodio.
En San Diego, California, por ejemplo, a través de 3 mil luminarias LightGrid, los ahorros anuales ascienden a más de USD$250 mil en costos de energía y mantenimiento. Estas luces están distribuidas a lo largo y ancho de la ciudad.
Los retos de iluminación y distribución de energía crecen conforme lo hace la población y, con ella, la mancha urbana. El desarrollo e inversiones en infraestructura se alinean perfectamente con el panorama actual de nuestro país, es el momento ideal para empezar a construir un mejor futuro, un futuro conectado.