UN ARTÍCULO ORIGINAL DE THE STANDARD IT
La semana pasada, Facebook compró la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp y la noticia cimbró en todos lados. ¿Por qué? Será acaso que aún nos sorprenden las agresivas tácticas de Facebook en la batalla por la innovación o porque pensamos que Google sería quien se quedaría con la popular aplicación…
Más allá de los cuestionamientos, esta adquisición deja ver la importancia de los mensajeros instantáneos que, a diferencia de las redes sociales, empuja por la conversación bidireccional y grupal, pero de forma privada, algo que sin lugar a dudas exige el usuario como experiencia de satisfacción.
Y no sólo eso, con la compra de Whatsapp, Facebook se hace dueño del control de una de las aplicaciones con mayor importancia en el ecosistema móvil, un servicio que ha logrado convertirse en parte fundamental de la forma en la que la sociedad se comunica hoy en día.
No suena tan descabellado entonces pagar 19 millones de dólares por el “monopolio”, ¿cierto?
LOS NÚMEROS REALES
En realidad, el costo total de la adquisición fue de 19,500 millones de dólares con base en el precio de cierre de 68.06 dólares por acción de la red social.
El experto de CNN, Dan Primack, lo explica así: “Para calcular el precio total, Facebook utilizó el promedio de los 6 días de cotización anteriores al 18 de febrero, una media que resultó en unos 65.27 dólares por acción. Las acciones de Facebook bajaron levemente en las operaciones posteriores al cierre de la jornada, pero todavía están arriba de la marca de 65.27 dólares”.
Además de que hemos perdido de vista al gran y medianamente secreto ganador de la transacción: Sequoia, que invirtió 60 millones de dólares para lanzar WhatsApp.