Según un reciente estudio de Appthority, las apps para iOS tienen mayor riesgo que sus homólogas para Android. La empresa ha analizado 400 aplicaciones, gratuitas y de pago, de ambos sistemas operativos y ha analizado su nivel de riesgo para el usuario.
Este servicio de gestión del riesgo realiza informes periódicos sobre 400 aplicaciones de pago y gratuitas, tanto para sistemas iOS como Android, que evalúan la seguridad y el riesgo de cada una de ellas. Y, de su último análisis, se desprende que el 95 por ciento de las 200 mejores apps gratuitas para iOS y Android incluyen al menos una conducta peligrosa.
Ese número se reduce al 80 por ciento, cuando se trata de aplicaciones de pago, lo que supone cierta mejora pero que no impide que cuatro de cada cinco aplicaciones de pago realicen prácticas de riesgo.
Appthority ha detectado que el 95 por ciento de las 200 mejores aplicaciones gratuitas para iOS y Android exhibe al menos un comportamiento de riesgo. Pero Appthority ha llegado más lejos y afirma que las aplicaciones de iOS son más peligrosas, en general, que las Android (91 por ciento frente al 83 por ciento).
Aunque las conductas de riesgo varían, destacan por su peligrosidad las apps que registran la ubicación del usuario o las que requieren una débil autenticación, las que realizan intercambio de datos con redes publicitarias o los sistemas de identificación de usuario, como UDID.
Aunque hay un par de salvedades significativas, en cuanto a qué sistema (iOS o Android) es más seguro. En primer lugar, las aplicaciones Android suelen utilizar con más frecuencia acceso a identificación de usuario (UDID) y Apple ya ha tomado medidas para evitar que los desarrolladores tengan acceso a esta información UDID en sus dispositivo iOS. Sin embargo, algunos desarrolladores han encontrado formas de burlar este control.
Otro elemento que diferencia a Android de iOS es que, aunque hay más aplicaciones de iOS que presentan conductas de riesgo, las aplicaciones para Android tienden a recoger más información sobre el usuario y de su actividad móvil que sus contrincantes para iOS.
En definitiva, un mayor porcentaje de aplicaciones iOS incluye comportamientos de riesgo y las aplicaciones de pago son en general menos peligrosas que las gratuitas, aunque las diferencias sean mínimas.
Lo que sí debería alertarnos es que casi todas las aplicaciones, de ambas plataformas móviles, muestren al menos una conducta de riesgo.
También queda claro que los desarrolladores de aplicaciones encuentran motivos económicos para recopilar datos de los usuarios y que las apps móviles, en general, tienen un largo camino por recorrer en términos de seguridad y respeto a la intimidad.