Este año, los profesionales informáticos deberán tomar un par de decisiones bastante complicadas con respecto a la privacidad y cada compañía se enfrentará a problemas únicos para sus empleados y clientes.
Algunas compañías, como Google, enfrentarán complicaciones más serias. Android 4.3 fue lanzado con controles de privacidad que aparentemente eran beneficiosos para sus usuarios. En él, era posible ver una lista de todas las aplicaciones que nos decían exactamente cuánto acceso tenían al dispositivo y si existía alguna manera de restringirlo.
Al momento de lanzar Android 4.4.2, esta característica desapareció. De hecho, una ingeniera de Google llamada Dianne Hackborn dijo que esa característica simplemente fue liberada con finalidades de desarrollo y no está diseñabna para que los usuarios la controlen.
Esto es señal de que Google cree que la privacidad interfiere con sus ganancias, ya que su modelo de negocios depende de extraer la mayor cantidad posible de clientes y empresas para venderla a otros clientes y empresas.
Por otro lado, la idea de permitir a los empleados utilizar sus propios dispositivos dentro de las instalaciones de la empresa (BYOD) tiene tanto pros, como contras, pero la tendencia es suficientemente prevalente como para ser inevitable para la mayoría de las empresas.
Los protocolos de seguridad determinarán que los dispositivos personales deban ser respaldados regularmente, al igual que los dispositivos corporativos. Esto da pie a un nuevo debate sobre privacidad, ya que no hay manera de garantizar que estos ‘backups’ no expondrán información personal al corporativo.
La respuesta probablemente sea algún tipo de particionamiento, segregando los datos y aplicaciones corporativas de las personales. De esta manera, el equipo de TI tendrá acceso a la información de la empresa dentro del dispositivo sin tener que preocuparse por la privacidad. Esto incluso funciona si el empleado es despedido o renuncia, ya que la información corporativa podrá ser eliminada remotamente.