La automatización y la IA son las protagonistas del cambio en la operación diaria. Los sensores inteligentes las llevan a todos los rincones.
Una Industria 4.0 es aquella que cuenta con tecnologías como la automatización y la inteligencia artificial (IA), entre otras.
Empezar por la sensorización es una idea inteligente para convertir a una planta tradicional en una de última generación, ya que los sensores inteligentes:
- Facilitan la interconexión de los equipos
- Y favorecen el control remoto de los procesos y maquinarias.
Es cierto, pertenecen los sensores inteligentes al marco de Internet de las Cosas (IoT) que permite – a nivel industrial -:
- Interconectar sistemas
- Máquinas
- Procesos y personas entre sí…
- Que conlleva ventajas como la reducción de costos de reparación y del tiempo de inactividad.
¿Lo mejor? Pueden ser un puente acelerado que los lleve hacia la transición digital.
Los sensores inteligentes, entre otras cosas, son formas rentables de medir variables como:
- Temperatura
- Humedad
- Calidad del aire
- Movimiento y vibración
Además, estos dispositivos proporcionan retroalimentación sobre un proceso físico o sustancia de una manera predecible, consistente y medible.
¿Su mejor ruta?
Es parte del saber universal que tenemos como especie que la distancia más corta entre dos puntos es – invariablemente – una línea recta.
En tal sentido, pensar en incorporar sensores inteligentes puede marcar la diferencia en la operación diaria.
Se trata de plataformas avanzadas con tecnologías integradas como
- Microprocesadores
- Almacenamiento
- Diagnóstico
- Y herramientas de conectividad
Todos ellos transforman las señales de retroalimentación tradicionales en conocimientos digitales verdaderos.
“Por nuestro conocimiento y experiencia, sabemos que, cuando se sensoriza con el dispositivo adecuado, el Retorno de la Inversión (ROI) es veloz y los beneficios para el negocio son muy importantes.” comenta Fernando Montero, SVP de BGH Tech Partner.
El sensor inteligente también es un elemento crucial dentro del marco de Internet de las Cosas (IoT), que a nivel industrial, permite interconectar sistemas, máquinas, procesos y personas entre sí.
Un mundo de entornos conectados
Los sensores inteligentes se nutren de la información de un entorno físico y usan microprocesadores integrados así como comunicación inalámbrica para monitorear, examinar y mantener varios sistemas.
Tienen cuatro funciones principales:
- Medición
- Configuración
- Verificación
- Comunicación
Por lo tanto, pueden proporcionar los fundamentos de datos para obtener conocimientos analíticos que, a su vez, impulsen mejoras de:
- Costos
- Rendimientos
- O en la experiencia del cliente
Montero destacó que, con los datos obtenidos luego se comunican a otros sensores, controladores, plataformas de gestión centralizada o plataformas distribuidas para la agregación y el análisis.
Y todo en tiempo real.
Con sensores y monitoreo constante es posible reducir los accidentes laborales por máquinas defectuosas o piezas sobrecalentadas. De esta forma se logra mantener la calidad del proceso en un entorno de trabajo libre de peligros.
Además se puede evolucionar hacia un esquema de mantenimiento predictivo, que permite reparar los equipos incluso antes de fallar, evitando que la maquinaria quede completamente fuera de servicio.
“Por esta vía se incrementa el tiempo de actividad”, destacó el ejecutivo.