Cada campus conectado se basa en la mayoría de los mismos elementos de infraestructura de red necesarios para una ciudad inteligente.
Una de las primeras definiciones de “ciudad inteligente” data de 1970, pero durante las siguientes tres décadas la visión de las smart cities siguió siendo muy conceptual. Hoy, a medida que varias aplicaciones toman forma y se van volviendo indispensables en la vida diaria, se tiene una mejor idea de lo que es posible y de lo que se necesita para llegar a las ciudades conectadas. Pero ¿existe un paso intermedio entre la visión inicial y la realización final, que ayudará a comprender mejor la infraestructura necesaria? Sí, los campus conectados.
“Los edificios inteligentes, que son autónomos, auto suficientes e inteligentes han servido como catalizador, impulsando el desarrollo de un diseño mucho más práctico de las ciudades inteligentes”, mencionó Jason Reasor, Director de Estrategia y Tecnología para Sistemas Empresariales en CommScope. “Sin embargo, lo que sabemos con certeza hasta ahora es que el desafío no es tanto diseñar las aplicaciones de los edificios, sino desarrollar la infraestructura de ITC necesaria para ejecutarlas”.
Campus conectados
Aunque la gran mayoría están enfocados hacia la educación superior, los campus conectados incluyen centros médicos y tecnológicos, así como campus corporativos, lo que los vuelve ciudades inteligentes en miniatura. Además de los espacios de trabajo altamente conectados, los campus inteligentes como los de Google y Apple incluyen guarderías, instalaciones deportivas, recreativas, cafeterías, centros de salud y sistemas de transporte inteligentes.
Ejemplos menos complejos incluyen campus de atención médica, a menudo anclados por un hospital que está rodeado de una variedad de instalaciones para pacientes externos y consultorios médicos; o parques tecnológicos donde varias compañías trabajan de manera autónoma pero también colaboran en proyectos comunes.
“Independientemente del tamaño o el alcance, cada campus conectado se basa en la mayoría de los mismos elementos de infraestructura de red necesarios para la ciudad inteligente: redes inalámbricas de fibra y de alta velocidad perfectamente integradas que se combinan para formar el sistema nervioso central del campus, tanto dentro como a través los diversos edificios”, agregó Jason Reasor.
Estas redes pueden ser:
- Redes de acceso de cobre y fibra necesarias para soportar las redes de IoT, así como los dispositivos conectados
- Interconexiones robustas y redundantes entre la planta de fibra exterior y el centro de datos
- Infraestructura de datos flexible, que incluye conexiones seguras para activos de computación y almacenamiento en las instalaciones virtuales o basados en la nube
- Inteligencia de infraestructura para monitorear y administrar automáticamente toda la capa física
El buen diseño e integración de estos componentes determinará, en gran medida, hasta qué punto las personas que trabajan y se desenvuelven ahí pueden comunicarse, colaborar e innovar.
“Más concretamente, deberíamos ver este entorno como un excelente paso intermedio entre edificios y ciudades inteligentes. En CommScope nos preparamos constantemente para ofrecerle una infraestructura perfecta, que comienza por explorar lo que se necesita para hacer que su campus y, en última instancia, su ciudad sea inteligente y siempre conectada”. Finalizó Jason Reasor, Director de Estrategia y Tecnología para Sistemas Empresariales en CommScope.