Para nadie es una sorpresa el sostenido aumento en la oferta de teléfonos inteligentes que abarcan todo tipo de modelos y diseños, existentes para todos los gustos y edades. Llegaron para instalarse en casas, negocios, empresas y oficinas, cobrando una importancia casi vital en la existencia de las personas.
Pero cuando nació el concepto de las Smart Cities o Ciudades Inteligentes nadie pensó, que rápidamente nuestros teléfonos inteligentes terminarían siendo la clave para el funcionamiento de una verdadera red hiperconectada capaz de sostener a miles de personas en un mismo punto geográfico.
Fue en España que Borja Adsuara, ex director general de Red.es – empresa pública para el fomento de la sociedad de la información – el primero que sostuvo que “el teléfono móvil es la llave de la ciudad conectada”, y es quizás esta imagen la que más nos ayuda a entender las nuevas relaciones y servicios que nuestro dispositivo de bolsillo nos permite ir disfrutando en las ciudades inteligentes.
Si bien el concepto de Ciudad Inteligente no está muy arraigado en el ADN tecnológico de los ciudadanos chilenos, ya comienzan a surgir las primeras alianzas entre empresas privadas y el Gobierno, que permitirán, por medio de una herramienta tecnológica de Big Data, analizar el flujo de desplazamiento de los usuarios en la red de transporte público, enviando información a los smartphones de los usuarios, ayudándoles a tomar mejores decisiones a la hora de optar por abordar los buses tradicionales, o si este medio está saturado, viajar por el tren subterráneo.
Cada día el concepto de Ciudad Inteligente se está incorporando en más naciones del mundo. Y un claro ejemplo de esta realidad lo mostró el estudio realizado por la consultora estadounidense IHS Technology, quienes proyectaron que a nivel mundial el número de Smart Cities se cuadruplicará hacia el año 2025. Un detalle no menor que se desprende del análisis, es que la gran mayoría de las iniciativas que estarán presentes en estas urbes, se enfocan en la integración del teléfono móvil como la herramienta tecnológica en las principales actividades cotidianas de los usuarios.
Desde realizar pagos móviles mejorando la experiencia de compra de los consumidores, encontrar un estacionamiento, coordinar un taxi o pagar los distintos servicios básicos, todo mediante vía teléfono inteligente, reflejan que representa una verdadera llave maestra para acceder a la ciudad conectada por medio de sus aplicaciones. La relación tecnología, personas y ambientes, es un ecuación que mantiene hiperconectado a los usuarios y da paso a ciudades eficientes, responsables con el medio ambiente y que mejoran, considerablemente, la calidad de vida de las personas que habitan su entorno.
Las Ciudades Inteligentes deben promover la integración de sus habitantes, fomentar la participación ciudadana y ayudar en todos aquellos temas que ocupan y preocupan diariamente a quienes residen en ella. La mejor y más alcanzable forma, para todos, es por medios de sus dispositivos móviles, ya que a diario aparecen en el mercado Apps capaces de manejar diversos tipos de situaciones integradas en las ciudades.
Los smartphones o nuestros queridos teléfonos inteligentes, entregarán a las personas las herramientas necesarias para comunicarse con aparatos integrados al espacio inteligente, además por esta misma vía permitirá entregar el feedback necesario a los administradores del entorno, para mantener alineados todos los procesos. Son la verdadera llave maestra que permitirá dar nuevos pasos, innovar, crecer y avanzar en el acceso a las Ciudades Inteligentes e hiperconectadas que crecen a paso firme, en línea con el gran desarrollo experimentado por las tecnologías en la sociedad actual.