La Revolución Industrial nos dejo como herencia las 5 Fuerzas de Porter para el análisis de negocios. El Poder de negociación de los Compradores o Clientes, el Poder de negociación de los Proveedores o Vendedores, la Amenaza de nuevos entrantes, la Amenaza de productos sustitutivos y la Rivalidad entre los competidores, parecían explicar claramente las fuerzas invisibles que rigen los negocios.
Control, productividad y precios eran las variables de moda en un mundo eminentemente físico.
Todo podía ser previsto, todo podía ser medido, pero un día llegó Internet y comenzaron los cortocircuitos.
Los planes de negocios eran verdaderos “grimorios” que se construían de forma descendente en la pirámide de una empresa.
La riqueza de la innovación y de la experiencia forjada en la base de la pirámide difícilmente alcanzaba niveles de atención en las direcciones de una empresa y la generación de valor solo era considerada un postulado enunciativo.
La nueva dinámica de los negocios, la necesidad de las empresas por cultivar la flexibilidad, la innovación permanente y la mejora continua sumadas al desafío de adaptarse al cambio en tiempo real, dio como resultado un nuevo modelo empresario, sin planes de negocios, respetando objetivos y focalizando en su propio “corebusiness”, pero con la libertad de nutrirse de nuevas fuerzas capaces de mejorar la posición de mercado en un mundo altamente competitivo.
Las Alianzas Estratégicas surgen con un nuevo valor, la identidad digital de una empresa se construye alrededor de quienes lo rodean. Son excepcionales los casos de éxito que no obedecen a este axioma, y pueden ser considerados como fundacionales en cada segmento o nicho que ocupan.
La pirámide del negocio se ha invertido, y un sinnúmero de empresarios tradicionales no logran ver los movimientos que se suceden a sus espaldas, la “Social Power” ha colapsado todas las leyes de la economía tradicional y los postulados que antes daban una explicación medianamente razonable en el mundo del management.
Hoy resulta imposible no considerar el valor que se genera en el ecosistema social de cualquier empresa.
La innovación, el diseño y los cambios no previstos nacen en este segmento, y solo los grandes empresarios son capaces de leer su valor para capitalizarlo, formando a la empresa en forma inversa a los postulados tradicionales.
Nace una nueva raza de campeones, nace el management social, las fuerzas han cambiado.
Por Silvina Moschini, CEO & Founder Intuic