En Colombia, el gobierno dio a conocer la salida al aire de un tercer canal de televisión por señal abierta. RCN y Caracol tendrán competencia; una alternativa que para muchos resulta algo controversial, ya que Colombia es el segundo país (después de Nigeria) con mayor consumo de video al día ¿Se justifica la decisión?
David Luna, ministro de las TIC, se jugó una carta más que controversial. El jefe de esa cartera oficializó la intención del Gobierno para sacar adelante una licitación que permita a un operador privado quedarse con un tercer canal de televisión abierta.
Obviamente el gobierno busca, luego de superar obstáculos legales, la viabilidad de dar más alternativas de televisión a los colombianos. Más entretenimiento, educación, cultura, deportes, en general, más contenidos de calidad.
Un trabajo publicado en la revista Semana habla del tiempo que necesitó la ANTV y el propio MinTic para destrabar el proceso licitatorio, y los cambios que esto produjo en el mundo audiovisual en ese país suramericano. La pregunta que muchos conocedores y expertos se hacen es si en una época donde las audiencias consumen video como nunca antes en la historia, lo que los ha hecho alejarse de la televisión lineal, hace falta un nuevo canal . Actualmente, una gran porción de los usuarios prefieren contenidos en Netflix, Apple TV o, en últimas, en YouTube.
Cifras y estudios
El estudio de ConsumerLab TV & Media 2015 de Ericsson muestra que los consumidores en Colombia adoptan los servicios de video bajo demanda mucho más que antes. En la actualidad, cerca de un tercio del tiempo que los espectadores usan para ver televisión y videos, lo hacen bajo demanda.
Una porción importante de colombianos ahora pasa siete horas y media a la semana observando series de televisión, programas y películas en servicios y plataformas como Netflix. “Si sumamos el contenido que se graba y que se baja de internet, actualmente en Colombia, el 34 % del total de las horas dedicadas a ver televisión y videos se realiza a través de los servicios de VOD (Video on Demand)”.
Y es aquí donde el peso y la visión de los expertos debe ser tomada en cuenta. ¿Vale la pena invertir miles de millones de dólares en despliegue de infraestructura, concesiones, impuestos y talento para tener un canal de televisión? El gobierno colombiano considera que sí es rentable. En los próximos meses se conocerá qué empresas privadas tienen ese mismo concepto.
El director del Departamento Nacional de Planeación Nacional (DNP), Simón Gaviria, puso sobre la mesa una estadística clara: “los suscriptores de TV paga crecieron 1,6 veces entre 2011 y 2014, mientras que los suscriptores de Netflix lo hicieron 13 veces en el mismo período”.
Para Juan Andrés Carreño, excomisionado de la antigua Comisión Nacional de Televisión, “la decisión del Gobierno es una buena noticia en cuanto al pluralismo informativo y de contenidos”. Carreño hizo la salvedad de que “el entorno actual es diametralmente diferente a lo que ocurría en el mercado audiovisual en 2010”.
Cambios
Lo cierto es que el tablero de la televisión cambió debido al comportamiento de los propios usuarios. Por ejemplo, ver múltiples episodios de televisión de manera consecutiva se ha convertido rápidamente en una parte clave de la experiencia de televisión y video. Las preguntas son: ¿Los medios tradicionales están dispuestos a entregar series en una sola tira? ¿Cómo manejar el tema publicitario con este enfoque?
En Colombia, el 97 % de los usuarios de suscripción de video bajo demanda como Netflix, Amazon Prime y HBO, ven capítulos uno tras otro al menos una vez a la semana. Esto significa que la lógica de esperar una semana para ver el capítulo de la novela pasó a la historia. Los expertos explican que “las OTT les quitaron la emoción a las historias”.
Pero la televisión tradicional, como la conocemos, todavía puede explotar un as bajo la manga: los contenidos en vivo. La popularidad de la televisión lineal sigue siendo alta, principalmente por el acceso que da a la visualización de contenidos premium y en vivo, como los deportes, al igual que su valor social.
Los medios tradicionales tienen que insistir en los eventos en vivo si quieren darles batalla a los Amazon TV y Netflix. La publicidad sigue siendo parte importante en esta historia, y las plataformas televisivas lo saben, lo asumen y deben estar dispuestas a ofrecer una respuesta satisfactoria a los usuarios, o seguirán perdiendo público y mercados.