Lo que viene
Las redes inalámbricas de hoy ni siquiera son capaces de lidiar con el número de objetos que van a enviar señales dentro de 10 años, por no hablar de la cantidad de datos que pueden estar transmitiendo, dijo Weldon.
Los operadores tendrán que reconstruir sus sistemas de señalización, así como los mensajes de procedimiento para las redes y los dispositivos de intercambio que se requieren sólo para hacer el trabajo de comunicación.
Por ejemplo, una típica estación base celular en una torre está construida para manejar la señalización de cerca 1.200 dispositivos. “Cuando tengamos todos estos sensores y máquinas conectadas en los próximos 10 años, esa célula podría tener 300.000 dispositivos para vigilar”, explicó.
El rol de la nube
Al igual que otras tareas de computación masiva, la señalización se está moviendo a la nube. Debido a que se trata de comunicación en tiempo real entre las estaciones base y radios próximas, no se puede hacer en centros de datos regionales gigantes como los que Google y Amazon operan, uno o dos por país.
Si las señales tienen que viajar a través de un continente, la conversación de la torre con el dispositivo tendrá un mayor tiempo de espera o de reinicio. Por ello el cómputo debe ser virtualizado y extenderse entre las instalaciones más cercanas a la antena de telefonía móvil.
El tema se complica aún más estrictas con las redes 5G, donde el consenso de la industria es el de mantener una latencia de 1 milisegundo para el monitoreo remoto de vídeos y control de equipos en tiempo casi real.
“Es por ello que las señales de tráfico probablemente serán procesadas en varios centros de datos entre 10 y 100 kilómetros de distancia de una estación base”, explicó Weldon.