Por Juan Navarrio
Desde que fundamos Hexacta hace más de 10 años, nuestro objetivo ha estado centrado en construir una compañía que nos pudiera sobrevivir. Esa fue nuestra definición de éxito. Las empresas de servicios de software no se caracterizan por su longevidad, y solo las más exitosas permanecen en el tiempo. Por ello entendimos que la empresa debía tener en su genética, o sea en sus valores, estrategias, procesos y herramientas, elementos que la hicieran perdurable durante muchas décadas.
Algunos de estos componentes son posiblemente obvios. Por ejemplo, el foco en la satisfacción de los clientes. Tener una propuesta de valor diferencial que el cliente aprecie y que sea distintiva es algo indispensable si se pretende trascender.
También lo es el foco en atraer y retener talento. Sin una visión y políticas de Recursos Humanos orientados a asegurar que la empresa cuenta con la mejor gente, incentivada correctamente, difícilmente se pueda ser exitoso en el largo plazo en una industria en donde al fin y al cabo todo se basa en gente.
Una metodología de trabajo que asegure la entrega del servicio en tiempo y forma y con la calidad pactada es otro de los elementos que ciertamente definen la capacidad de éxito o fracaso de una empresa como la nuestra.
Pero todos estos componentes son comunes a muchas geografías y entornos. Son prácticamente de aplicación universal. Sin embargo, existen algunos desafíos propios de las empresas de América Latina. Esto se debe a la necesidad de gestionar proactivamente la incertidumbre de la economía y sus variables (tipo de cambio, inflación). Los cinco elementos que han funcionado en nuestro caso son:
1. Priorizar la rentabilidad frente al crecimiento. La incertidumbre en las variables macroeconómicas y de mercados de capitales hacen que empresas que estén operando por debajo de la línea de flotación sean especialmente vulnerables en nuestra región. Una empresa que no necesita recurrir a terceros para financiarse tiene grados de libertad que pueden permitirle sortear situaciones que pondrían a otras en jaque. En otras geografías, existen opciones de inversión y financiamiento a los que recurrir, las cuales son muy escasas o muy caras en nuestro caso.
2. No detener el crecimiento. Priorizar la rentabilidad sobre el crecimiento no debe llevar al estancamiento. Se debe crecer rentablemente y controlar el costo del crecimiento. Si no se crece, es muy difícil retener a la gente talentosa, siempre inquieta en nuestros países. Mismo en situaciones de crisis como la que vivimos a fines del año 2008 y comienzos del 2009, es necesario mantener la mira en las perspectivas futuras y actuar en consecuencia.
3. Evitar los extremos en los estados de ánimo. Las situaciones de euforia o crisis, tan comunes para nosotros, son malas consejeras. El típico caso es cuando una modificación en el tipo de cambio lleva a que seamos de un día para el otro muy competitivos o muy poco competitivos. Hemos visto empresas que guiadas por la coyuntura toman decisiones que luego resultan muy contraproducentes.
4. Apostar a varios caballos. En países desarrollados, es posible jugarse el “todo o nada” y muchas veces eso permitirá tener una estrategia ganadora. En América Latina eso es especialmente riesgoso. En nuestro caso por ejemplo, lo vemos con la decisión que tomamos de trabajar en cada país con clientes locales y a la vez exportar. Dependiendo de la situación de la economía y tipo de cambio, muchas veces un tipo de clientes (o el otro) han sido claves para mantener los equipos de trabajo en funcionamiento.
5. Desarrollar emprendedores internos. Nuestras empresas deben reinventarse constantemente, para responder a los cambios del entorno. Es necesario tener la capacidad de explorar distintos mercados, distintas líneas de negocio, distintas vías de expansión y lograr todo esto dentro de la armonía y dinámica de la empresa. La mejor forma de lograr esto es con una gestión proactiva de emprendedores internos.
En Hexacta hemos atravesado épocas de bonanza, como en el 2000 y 2005-2007. También hemos atravesado crisis varias, como la de la burbuja de internet, la devaluación Argentina y la actual crisis económica mundial. Hoy, al cumplir 10 años y haber sido distinguidos hace unas pocas semanas con el premio Sadosky a la Empresa Informática en Argentina, nos sentimos orgullosos de lo logrado. En parte pensamos que este éxito se debe a la constancia con la que trabajamos, mirando siempre hacia el mediano y largo plazo, apostando a la calidad en nuestro trabajo y nuestra gente y buscando contener el riesgo.
Es posible que con la crisis económica que se está viviendo en los países más desarrollados, esta genética del éxito ligada al pensamiento de mediano plazo y contención del riesgo, esté siendo aplicada también en otras latitudes. Pero en América Latina llevamos décadas de experiencia en gestión de escenarios inciertos y esto nos posiciona muy bien para el mañana, que luce cada vez menos predecible.